Violeta Arroyo Santos es una mujer transgénero de 33 años, originaria de Acapulco. Desde hace ocho años ha ido derribando una a una las barreras que le impedían salir del cuerpo que desde la infancia supo que no le pertenecía.
Hasta 2017, Violeta tenía otro nombre. Ese año acudió a la Ciudad de México —que en 2014 reformó su Código Civil para permitir el cambio de identidad de género— y así pudo, también en lo legal, obtener el reconocimiento de su identidad.
Pero su lucha no quedó ahí, en 2019 Violeta comenzó una nueva travesía: que el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) reconociera su cambio de identidad de género. Finalmente, en mayo de ese año, Violeta se convirtió en la primera mujer transgénero en Guerrero en registrar su cambio de identidad ante el Seguro Social.
La historia de Violeta comenzó antes de concluir la universidad, cuando sus compañeras la inscribieron (en ese entonces, todavía con su nombre anterior) a un concurso de talentos, en el cual se presentaban, principalmente, shows travestis.
En septiembre pasado, Violeta Arollo Santos fue elegida entre la población trans de Guerrero como su representante en el concurso Miss trans México.
“Mi objetivo en el certamen es entrar en la mente cerrada de las personas que se niegan a aceptar que en el mundo existimos personas diferentes y que tenemos el derecho de expresar nuestra felicidad”, asegura.