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Salamanca.— El miedo a extorsionadores provocó que 500 comerciantes cerraran sus negocios en el Mercado Tomasa Esteves, en la zona centro de Salamanca, a pesar de que elementos de la Guardia Nacional y policías municipales sitiaron la zona.
Justamente aquí, cuatro veladoras iluminan la carnicería de Arturo, que en la cortina tiene un moño negro y un ramo de flores. La misma escena se observa en el local anexo, que pertenecía a su vecino René, aquí sobresale la palabra “justicia” pintada con aerosol en la barda. Ambos fueron asesinados a balazos el jueves pasado por un comando armado que irrumpió en el centro de abasto.
“Estamos muy espantados”, comenta Margarita, quien tiene un puesto de calzado.
Ayer, entre las seis y ocho de la mañana, los comerciantes iniciaron sus actividades; un par de horas después comenzaron a bajar sus cortinas o a cubrir con mantas sus puestos de frutas y verduras, también los de abarrotes, al correr de voz en voz la amenaza de otro ataque, que vía telefónica habría recibido un vendedor.
“Vamos a cerrar porque ya dijeron [los criminales] que van a venir con sus armas a hacer un ‘despapaye’ en el negocio que esté abierto”, dijo un abarrotero.
A un metro de distancia, una mujer que ofrecía estampillas religiosas señaló que “lo único que quieren [los comerciantes] es trabajar con tranquilidad”.
Derecho de piso
Al menos 50 elementos de la Guardia Nacional y de la Nueva Policía de Salamanca flanquearon las cuatro esquinas del mercado; otros oficiales hicieron recorridos por los pasillos, lo que no fue suficiente para que los locatarios se sintieran seguros.
“Esa gente es muy peligrosa, no sabemos cuándo pueden llegar, aunque ande aquí la Guardia”, lamentó Juana, al añadir que no hay fecha para que el mercado vuelva a la normalidad.
María, quien tiene un puesto de alimentos preparados, dijo que se armó de valor para seguir con su negocio abierto, porque como de costumbre tenía lista la birria. Aún así, estimó que no logró ni 50% de ventas, porque había poca gente.
“Hay mucho temor por tantas cosas que pasan, las amenazas han ido dirigidas a carniceros, ya porque les ven sus negocitos más presentables les hablan por teléfono para exigirles cantidades muy fuertes, que van de los 100 mil al millón de pesos. No tienen para pagarlas”, explica.
“¿Quién va a tener esas cantidades para entregarlas por derecho de piso?”, dijo acompañada de otra comerciante que asintió junto con ella.
Violencia imparable
Entre los hechos de violencia recientes mencionó que “hace menos de un mes un carnicero fue secuestrado y liberado cuando su familia pagó; el jueves pasado hombres con armas largas entraron al mercado y le dispararon de muerte a don René y a Arturo; además lesionaron a un empleado de otra carnicería. El viernes asesinaron a un vendedor de frutas y el sábado tiraron dos muertos afuera del mercado”.
Este día permanecieron abiertos cerca de 30 locales entre floristas, tiendas de ropa, una pollería, una carnicería, negocios de alimentos, aguas y verduras.
Entre comerciantes surgió la convocatoria para manifestarse frente a la presidencia municipal, para exigir a la alcaldesa Beatriz Hernández estrategias de seguridad, a la vez los mismos vendedores declararon temer por su seguridad si se hacen visibles en un evento público.
En un comunicado, el ayuntamiento destacó que se han implementado dispositivos de seguridad en las inmediaciones de los mercados municipales.
“Por la seguridad de locatarios, proveedores y usuarios, la Dirección de Seguridad coordina los filtros preventivos con la participación de la Guardia Nacional y personal de otras dependencias municipales”, indicó, pero el miedo permanece en el lugar.