La Comisión Nacional del Agua ( Conagua ) introdujo en el lecho del río Agua Azul, que forma cataratas de enorme belleza, un escáner acuático que permita conocer el grosor del sedimento y las condiciones que persiste en el cauce.
El escáner trabaja en el punto conocido como La Boquilla, que es donde el río se bifurca y donde el pasado fin de semana el cauce izquierdo cobró fuerza, con lo que dejó sin agua al brazo derecho que es donde están las cascadas Las Golondrinas y La Licuadora, que son admirada por unos 200 mil turistas cada año.
La introducción del escáner
se llevó a cabo durante el quinto día de trabajos en el afluente, desde que se supo que el cauce derecho empezó a mermar en su cantidad de agua.
La investigadora Gloria Espíritu, quien ha realizado investigación sobre el agua en el centro del estado, consideró que “ es importante agotar los estudios ” en el río Agua Azul, para conocer qué es lo que sucede.
“Esos estudios son tardados, pero a veces la gente no lo entiende
, quieren respuestas rápidas… nosotros como Colegio de Ingenieros Geólogos de Chiapas, estamos abiertos a que nos inviten a participar en dicha investigación que sí es necesaria”, dijo.
El pasado domingo y lunes, las cataratas de Agua Azul empezaron a recibir más liquido, pero fue por el Frente Frío que generó lluvias en la zona Norte de Chiapas.
Sin embargo, para el pasado miércoles, las cataratas, rápidos y piscinas naturales volvieron al estado como se encontraban el pasado fin de semana, que es cuando se alertó sobre la falta de agua en el brazo derecho del afluente.
Silvia Ramos del Centro de Investigación en Gestión de Riesgos y Cambio Climático, considera que un movimiento telúrico como el que ocurrió el pasado 7 de septiembre en Chiapas, de 8.2 grados, puede generar cambios en el suelo con grietas en los manantiales , como sucedió en Agua Hedionda, en Morelos, que desaparecieron, al siguiente día del sismo del 19 de septiembre y no meses después.
cfe