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Tucson, Arizona.- Cody , de 8 años de edad, despertó de la anestesia confundido y adolorido de toda su cara. Pasó la noche del miércoles inconsciente en un hospital pediátrico de Tucson.
Los médicos le reconstruyeron el rostro desfigurado por las balas que le destrozaron la mandíbula. No volverá a tener el mismo rostro de antes, pero sanará satisfactoriamente, según el reporte médico.
Más allá de la operación, su vida ya cambió por completo. Cuando salió de la anestesia no estuvo su mamá para cuidarlo; tampoco pudo estar su papá; su hermana Linsday le dio las gracias por ser tan fuerte en un video que compartió en redes sociales.
Decenas se sumaron con sus mensajes de amor y consuelo para Cody, para Linsday y para todas las familias que sufrieron este atentado.
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“Es un niño tan valiente”, dijo su tía Leah Staddon Langford, quien estaba en el hospital cuando la cirugía acabó. “El procedimiento fue largo y muy, muy, muy duro, pero él está bien, se ve bien, todo salió bien”, aseguró.
Los médicos confirmaron su optimismo hacia la recuperación física del pequeño.
Observadores, críticos, seguidores han externado en las redes su sorpresa y beneplácito sobre Cody, quien fue herido de gravedad y soportó escondido durante horas, hasta que sus familiares los encontraron.
Linsday está ayudando a cuidar a los tres niños que continúan internados, mientras su padre asistía al funeral en Chihuahua, México. En una habitación está Cody; en otra Xander, de 4 años, quien recibió un balazo en la espalda y en un tercer cuarto está Brixton, el bebé de 9 meses que fue baleado en el pecho, está recuperándose sin problemas en el hospital de Tucson y muy pronto podría ser dado de alta.
Vecinos y amigos de las familias afectadas crearon una página en “Go Fund Me” para ayudarlos a recaudar fondos; se encuentra como “Langford and Miller family tragedy”.
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afcl/ml