La Comisión Nacional de los Derechos Humanos ( CNDH ) acreditó que personal de la Fiscalía General de Guerrero y del Centro Regional de Reinserción Social de Acapulco de Juárez ( CERESO de Acapulco ) torturaron a un hombre luego de ser detenido y durante su periodo de reclusión.
Al investigar el caso, el organismo autónomo detectó que el presunto delincuente “fue sometido a agresiones físicas compatibles con actos de tortura cuando por primera vez fue internado en el CERESO de Acapulco , donde ‘le arrancaron la uña del dedo gordo del pie derecho, le colocaron agujas en los pechos y en el pene’”.
De acuerdo con la madre de la víctima, estos hechos ocurrieron el 18 de enero del 2016. Fueron elementos de la Gendarmería Nacional quienes detuvieron al hombre por portar un arma de fuego de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas; por eso lo enviaron a las oficinas de la entonces Procuraduría General de la República y posteriormente al CERESO , donde custodios e internos lo torturaron.
Y aunque el acusado logró salir de prisión tres días después, el 21 de enero del 2016, la CNDH acusó que la Policía Ministerial del estado lo volvió a detener, lo golpeó y lo condujo a la Fiscalía General de Guerrero . De ahí de nueva cuenta fue enviado al CERESO de Acapulco .
Por este caso la CNDH emitió la Recomendación 87/2019 al gobernador de Guerrero , Héctor Astudillo Flores , y al fiscal general de la entidad, Jorge Zuriel de los Santos Barrila. El organismo autónomo también acusó que la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Guerrero ya le había emitido su propia Recomendación sobre el caso, pero ésta fue rechazada por las autoridades.
Al gobierno del estado, la CNDH recomendó reparar integralmente el daño a la víctima y a la Fiscalía del estado capacitar a su personal en la prohibición de la tortura y tratos crueles.
La Recomendación 87/2019 también estuvo dirigida a la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Guerrero, pues se consideró que no realizaron una investigación exhaustiva sobre los hechos.
agv
