Tijuana.— En el centro, en una de las principales arterias comerciales y turísticas de la ciudad, pareciera que la pandemia no llegó: en las esquinas de la avenida Revolución se concentra la gente para cruzar y entrar a uno y otro bar. Caminan con cerveza en mano, mientras las risas estallan y sólo algunos recuerdan el uso de cubrebocas.

En plena segunda ola de los contagios por Covid-19, la Secretaría de Salud en Baja California ordenó el cierre de bares y cantinas en Tijuana, luego de que el fin de semana pasado videos documentaron que, en esos lugares, ni el personal ni los clientes siguieron las medidas para evitar la propagación del virus.

El titular de la dependencia, Alonso Pérez Rico, alertó sobre el repunte en la ocupación hospitalaria en el estado durante los últimos 30 días: actualmente los centros médicos que atienden a pacientes con Covid alcanzaron alrededor de 40% de su capacidad; el mes pasado estaban, tanto el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) como el Hospital General, en 25%.

“Para todos los que están en los bares y restaurantes, ¿es indispensable ir a tomar esa bebida alcohólica (...) y nomás nos estamos arriesgando?”, cuestionó el secretario.

Pérez Rico dijo que los focos rojos se encienden rebasada 70% de la capacidad en los hospitales. Para ese momento, la entidad automáticamente entra en estado de alerta y aplican un protocolo para agilizar las diligencias que corresponden a fin de poder ampliar el espacio dentro de los centros médicos para recibir más pacientes. Sin embargo, a pesar de las advertencias no todos piensan que el riesgo afecte sus vidas.

Isela, una joven de 20 años, presume sus fotografías en Instagram. Una de sus últimas salidas fue a un bar deportivo y en ninguna de las fotografías publicadas, en las que abraza a otro grupo de amigas, porta cubrebocas: “Soy joven”, explica la estudiante universitaria, “no salgo todo el tiempo y trato de cuidarme, pero pues ya son muchos meses encerrados y pues hay necesidad de sacar el estrés”.

Cuando es cuestionada sobre por qué no usa tapabocas dentro del bar, sonríe, baja la mirada y luego de un silencio responde: “Es que es difícil hablar, comer o beber con el cubrebocas”.

Julio es mesero, trabaja en uno de los bares sobre la avenida Revolución, su salario está basado en las propinas, por eso insiste en que los negocios no cierren, porque de ese dinero depende su familia.

“Venir es arriesgar la vida”, dice molesto, “uno intenta seguir las normas y todo eso que te dicen, pero está imposible, la gente se deja venir y ya con las copas encima qué les importa, ni del virus se acuerdan”.

Según el último reporte estatal, Baja California se mantiene en semáforo naranja y se tiene un registro acumulado de 23 mil 652 casos positivos, de los cuales, 10 mil 647 son de Mexicali; 7 mil 560, de Tijuana, y 3 mil 191 son de Ensenada.

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