Ciudad Juárez.— A metros de donde la Guardia Nacional de Texas vigila la frontera, un grupo de más de 500 migrantes centroamericanos espera a que se abra la puerta del muro con el fin de solicitar asilo político.

A más de 24 horas de que Estados Unidos blindara los límites entre Ciudad Juárez y El Paso, Texas, las personas en movilidad continúan llegando a la línea divisoria, pese a que el gobierno de la Unión Americana pidió a la Corte Suprema que el Título 42 continuara vigente al menos hasta el 27 de diciembre.

En un recorrido realizado por EL UNIVERSAL, se constató cómo —a pesar del blindaje de las autoridades norteamericanas— decenas de migrantes de Nicaragua, Honduras, El Salvador e incluso unos pocos de Venezuela hacían todo lo posible por cruzar el río Bravo para llegar a la fila que se formó en una de las puertas del muro fronterizo, a la altura de la zona conocida como Puente Negro.

Ahí, los migrantes esperaban a que la Patrulla Fronteriza abriera el espacio para, poco a poco, pasar y poder estar oficialmente en Estados Unidos, en donde prevén solicitar el asilo político.

Pegados a los muros, los migrantes caminaban hacia territorio estadounidense y, en ocasiones, se escuchaba que algunos gritaban “¡Queremos asilo!”, como forma de presión a las autoridades para que se abriera más rápido la puerta.

“Aun no decidimos si cruzamos”

Johnatan tiene 31 años y es originario de Venezuela.

Dice que hace una semana estuvo a punto de ser secuestrado en Ciudad Juárez, Chihuahua, en un camión que fue interceptado por hombres armados en la carretera Samalayuca-Juárez.

Al tener una semana en esta frontera, analizaba junto con sus familiares, quienes dejaron Venezuela por la crisis económica, si se formaban en la fila o no, debido a que con ellos el Título 42 aún estará vigente.

“Aún no decidimos si nos cruzamos porque fue mucho esfuerzo para llegar aquí, casi nos secuestran al llegar a Juárez y si nos entregamos o formamos en la fila nos van a regresar a Venezuela y no tenemos plata para volver acá de nuevo”, expresó Johnatan.

El migrante contó que la única razón por la que él y miles de venezolanos siguen dejando día con día su país para emprender el camino hasta esta ciudad es la falta de oportunidades y de dinero para salir adelante.

“En Estados Unidos nosotros no tenemos a nadie, pero creemos [que] nos pueden dar asilo porque tenemos un niño que tiene parálisis cerebral, con él hemos recorrido todo el camino hasta llegar aquí y por eso queremos tener una mejor vida, por él nada más, porque en Venezuela no hay nada”.

De acuerdo con datos oficiales del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) de Estados Unidos, en la última semana se han expulsado más de 3 mil 400 migrantes de El Paso, Texas, a México bajo el Título 42.

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