San Cristóbal de las Casas.— Desde hace más de un año, Chiapas está inmerso en una guerra entre los cárteles Jalisco Nueva Generación (CJNG) y De Sinaloa, que se disputan las rutas de tráfico de armas, drogas y, sobre todo, de personas: cientos de migrantes que entran a diario a territorio mexicano de manera irregular, sin que nadie lo impida.

Para David Saucedo, consultor en seguridad pública, en Chiapas se avisora un “escenario de guerra”, como el que se vive en Michoacán, Zacatecas y Guanajuato. Prevé que en las elecciones de 2024 el CJNG le apueste a financiar campañas para controlar municipios a través de los alcaldes y la Policía Municipal.

“En Chiapas, desde hace más de 20 años, el Cártel de Sinaloa tenía el control; en paralelo, los cárteles de la droga se involucraron en el negocio del tráfico de personas... Los grupos tradicionales que traficaban con migrantes fueron reemplazados por los grupos criminales”, explicó.

Por su parte, el CJNG no había llegado al sur de México, hasta ahora. “Está tratando de controlar la ruta del Pacífico, lo que hace es tratar de apoderarse de Chiapas, con un contingente muy grande de sicarios”, expone.

La disputa de algunos municipios de Chiapas, como Frontera Comalapa, Tuxtla, San Cristóbal de las Casas y otros entre ambas organizaciones es una lucha similar a lo que se ha vivido en Guerrero. “Se diputan el control de los puntos de narcomenudeo. Lo que tenemos en Chiapas es un gran coctel, con la presencia de dos grupos de macrocriminalidad”, expone el analista.

El fin de la disputa del territorio entre ambas organizaciones criminales no se visualiza a corto plazo, menciona: “No veo fácil que el Cártel de Sinaloa abandone una plaza que ha tenido bajo su control desde hace tiempo, pero el Cártel Jalisco parece empeñado en arrebatarle el control territorial que tenía en esa zona”, detalla Saucedo.

Así es que veremos en Chiapas un escenario de guerra “que el CJNG conoce bien y que ha instrumentado con mucho éxito en otras entidades del país, que es un sistema de franquicias; para fortalecerse manda a grupos de sicarios originarios de Jalisco, hace alianzas con mafias locales, coopta a autoridades de seguridad pública de los tres niveles de gobierno y participa en los procesos electorales. Esa es la verdad en la que Jalisco está aplicando esta estrategia para la reconquista de Chiapas”, expone.

Escala la violencia

En lo que va de 2023 los enfrentamientos, asesinatos, amenazas, extorsiones y desapariciones se han multiplicado, principalmente ?pero no únicamente? en los municipios de Guatemala, sin que las autoridades federales y estatales intervengan. La muestra más grave ocurrió la semana del 21 al 26 de mayo, cuando las hostilidades se prolongaron durante cinco días en varios municipios de la frontera.

El 24 de mayo, el Cártel de Sinaloa anunció una ofensiva contra integrantes del grupo paramilitar Movimiento Agrario Indígena Zapatista (MAIZ), vinculado al CJNG, y se reportó movilización de hombres armados sobre la carretera Panamericana.

Posteriormente, los pobladores indicaron que los enfrentamientos y los bloqueos de carreteras iniciaron desde el día 22.

La violencia se extendió durante cinco días y abarcó los municipios de Frontera Comalapa, Mozintla y Chicomuselo, todos colindantes con Guatemala. Unas 3 mil personas de varias comunidades, como El Lajerío y Candelaria, abandonaron sus hogares ante el temor de que los criminales reclutaran a sus hijos.

El Centro de Derechos Humanos Digna Ochoa denunció que, mientras duró la violencia, las fuerzas federales evitaron la zona. “Ninguna autoridad hasta el momento hace nada, dejando al pueblo en absoluto abandono”.

Ninguna autoridad informó del número de víctimas mortales, pero los habitantes de Frontera Comalapa aseguraron que fueron “muchísimos”, algunos estiman que más de 60.

El Ejército llegó el 1 de junio, cuando los criminales ya se habían retirado, para acompañar a los desplazados a sus comunidades. El pasado lunes 26 de junio, en la cabecera municipal de Frontera Comalapa, más de 4 mil personas marcharon para denunciar la desaparición de al menos 35 hombres y mujeres entre julio de 2022 y junio de 2023.

“Los voy a acusar con sus papás”

Ante este escenario, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha minimizado la situación en Chiapas en varias ocasiones. El pasado 23 de junio dijo: “En general hay paz, hay tranquilidad en Chiapas”.

Ayer, al ser cuestionado sobre los trabajadores de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPyC) secuestrados el martes en el municipio de Ocozocoautla de Espinosa, dijo que su gobierno ya atendía la situación. Agregó: “Mejor que los liberen. Si no, los voy a acusar con sus papás y con sus abuelos”.

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