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El pequeño Miramón Díaz Luna, de dos meses de nacido, recibió atención médica por parte del Ejército, junto con su hermana mayor.
Mientras lo revisan, duerme profundamente en el rebozo de su madre Margarita. No llora por el dolor como el pasado sábado, cuando EL UNIVERSAL documentó la crisis humanitaria de estos tzotziles. Recibió atención médica y sus medicinas, al igual que su hermanita. Su madre no refleja en su mirada la angustia y desesperación. La tos ha cesado y, por ahora, no tienen que cubrir su boca para ahogar la tos y el llanto que pudiera delatar su presencia con el grupo armado.
Efectivos del Ejército brindan atención médica y medicamentos a indígenas tzotziles desplazados de esta localidad por los conflictos territoriales; mientras que Protección Civil de Chiapas traslada víveres y ropa. De acuerdo con el comandante de la 31 Zona Militar, con sede en Rancho Nuevo, Ernesto José Zapata Pérez, personal médico inció este viernes la atención médica principalmente a niños, mujeres, adultos mayores y hombres que desde hace un mes se encuentran viviendo en las montañas, para evitar ser masacrados por un grupo paramilitar del municipio de San Pedro Chenalhó con el que mantienen una disputa territorial.
Explicó que la labor consiste en brindar atención médica, otorgar médicamentos, víveres, entrega de cobertores, colchonetas y ropa, puesto que desde el pasado 18 de octubre, las familias han sufrido temperaturas de hasta tres grados durmiendo en el monte.
—¿Van a brindar seguridad a la población, porque tienen miedo de ser masacrados por los paramilitares?
—Con nuestra presencia se está proporcionando la seguridad que requieren los habitantes de esta región.
Indicó que tropas del Ejército se trasladan por caminos y brechas para llegar hasta donde se encuentra la población desplazada para dar la ayuda humanitaria, brindando de igual forma la seguridad que requieren. Aurelio Luna Girón explicó que con la llegada de los militares cesaron las ráfagas de armas de grueso calibre.
Hasta las 12:00 horas del viernes, médicos habían brindado 228 consultas médicas y otorgado medicamento, en su mayoría a niños, mujeres y adultos mayores, quienes presentan problemas gastrointestinales, respiratorios, desnutrición, infección en los oídos, entre otras enfermedades.
No quieren salir del monte. A pesar de la presencia del Ejército y la Policía Estatal desde el pasado jueves, más de 5 mil indígenas continúan habitando en el monte por temor a ser masacrados por paramilitares de San Pedro Chenalhó.
Las familias desplazadas de nueve comunidades tienen temor de regresar a sus viviendas, lo harán, dicen, si el Ejército Mexicano establece un campamento en los límites de San Pedro Chenalhó para no ser atacados. Por ahora tienen cobertores para no sufrir de frío y colchonetas para no dormir en la tierra o el pasto, así como ropa y alimento.
Desde el pasado jueves, siete unidades de Protección Civil tras- ladan la ayuda humanitaria del municipio de Simojovel hasta Chalchihuitán, por caminos accidentados con un recorrido de aproximadamente cuatro horas.
La ayuda consistente en arroz, frijol, maíz, colchonetas, cobertores, kits de limpieza, entre otros; donados por iglesias de Chiapas, así como por la Cruz Roja Mexicana, Caritas y el gobierno del estado.
A la atención médica de desplazados se sumaron tres brigadas médicas de salud, integrada por cinco especialistas, enfermeras y asistentes.
“Que se abra el camino para que pueda estudiar”. La menor Verónica Girón Pérez, de 14 años, exigió al gobierno de Manuel Velasco Coello que poner fin al bloqueo carretero que mantienen paramilitares de San Pedro Chenalhó, puesto que quiere ir a estudiar.
Explicó que está en el tercero de telesecundaria en una comunidad que se llama Yabteclum, a la cual no ha podido asistir desde el pasado 18 de octubre, cuando inció el conflicto territorial entre Chalchihuitán y San Pedro Chenalhó.
“Quiero que el gobierno libere esa carretera para que vaya a estudiar”, exige la menor.