Puebla.— En el cerro de Amalucan descubren pirámide que, de acuerdo con los expertos, fungió como un área habitacional y un centro ceremonial amurallado en la cúspide.

Este lugar es uno de más conocidos en la capital del estado, porque representa un pulmón verde y es punto de reunión familiar, en especial los fines de semana y en días festivos.

Sin embargo, Amalucan comparte una importancia equiparable a Cholula, considerada la ciudad sagrada. Ahora el cerro forma parte del patrimonio histórico y cultural de los poblanos.

De acuerdo con el análisis de la zona, se ha encontrado un área que fue ocupada como conjunto ceremonial, con montículos de dimensiones considerables alrededor de una plaza en la cúspide.

Además de entierros humanos con ofrendas de vasijas y objetos de piedra verde en las laderas, que indican una temporalidad aproximada del 200 a.C a 600 d.C., precisamente cuando Cholula logró su apogeo.

Cuando corría el año 1863, en la falda poniente del cerro de Amalucan, el ejército francés estableció tricheras y parapetos para atacar la ciudad poblana. Eso ocurrió en los meses de marzo-abril de ese año, durante el llamado Sitio de Puebla.

Con el devenir del tiempo, el gobierno estatal inició el rescate del lugar mediante un proyecto denominado Parque Amalucan. La familia Petersen donó 74 hectáreas para ese programa.

Durante esas labores, personal del centro del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) Puebla inició los trabajos de exploración y conservación de los vestigios arqueológicos.

Asimismo, la autoridad estatal ha plantado 3 mil 600 árboles de distintas especies —de un total de 5 mil en la primera etapa— y se han implementado técnicas de captación y filtración de agua para rehabilitar el suelo del cerro.

Con la reforestación se busca replicar el corredor vegetal Flor del Bosque, es decir, un bosque de encinos con especies secundarias como pino Moctezuma, cedro blanco, cazahuate, pata de vaca, huaje, tejocote y jacaranda, principalmente.

Además, en la parte alta del cerro se construyen zanjas de infiltración que conducen el líquido a lo largo del cerro, pero también se realizan terrazas de retención que mantienen los desechos orgánicos como abono.

Con ello se contará con reservas de agua para la temporada de secas para las diferentes especies vegetales de la zona. De acuerdo con el proyecto, cada zanja de infiltración incluye un patrón de siembra, lo cual permite que las semillas sean arrastradas hacia la parte baja con el agua de lluvia y se continúe de forma natural el crecimiento de nuevos árboles y plantas.

Los efectos de la reforestación y recuperación de suelos ya empiezan a notarse en una mayor presencia de abejas, anfibios, colibríes y pájaros carpinteros, entre otras aves que han vuelto a cohabitar.

Otra de las ventajas de plantar árboles jóvenes es que producen más oxígeno que los viejos eucaliptos, por lo que el beneficio ambiental será mucho mayor a tener un bosque exclusivamente de esa especie.

El Parque Amalucan se compone de distintas áreas culturales, deportivas y de esparcimiento que incluyen un lago artificial, un bioestanque, teatro al aire libre, canchas, senderos, asadores, miradores, juegos infantiles y módulos de lectura.

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