Juan Pedro y Jimena Guadalupe decidieron unir sus vidas en la línea divisoria de México con Estados Unidos en el Puente Internacional Reynosa-Hidalgo.
Para muchos, esto no tiene mucho de espectacular pues una gran cantidad de parejas deciden casarse en esta zona para legalizar su matrimonio bajo las leyes de ambos lados de la frontera.
Sin embargo, esta pareja requirió además de un juez civil, de la ayuda de Xochitl Martínez y Alma Luisa Rivera, maestras de la escuela Enseñas, quienes por medio del lenguaje de señas, tradujeron el compromiso que estaban a punto de contraer.
La novia arribó al puente internacional enfundada en su vestido blanco, el novio, la esperaba ansioso en la línea que divide a México de Estados Unidos ataviado con un smoking negro y moño amarillo.
Al encontrarse, Juan no pudo ocultar las lágrimas y procedió a abrazarla.
De inmediato, el juez les informó que una boda es una maravillosa ocasión llena de sueños y esperanzas, por lo que se reunían para celebrar el amor de Juan y Jimena Guadalupe.
Al mismo tiempo, Alma Luisa se daba a la tarea de traducir al lenguaje de señas, las palabras del juez.
Los novios afirmaron con señas, su deseo de contraer matrimonio para honrarse y respetarse por el resto de su vida.
El juez, solicitó a los novios colocarse mutuamente el anillo como promesa de su devoción, para posteriormente declararlos marido y mujer.
Los esposos, sellaron su amor con un beso, entre aplausos de su familia y teniendo como marco, el río Bravo.
Juan, pidió se hiciera una llamada a Perú para que familia supiera que se había casado, por lo que fue ayudado por Xochitl, quien tradujo las señas del novio.
"La novia es alumna nuestra y la familia nos contactó para poderles interpretar en la ceremonia y que entendieran lo que el juez les decía.
Estamos muy contentas por ellos porque inician una nueva vida que sabemos, hará más sólido el amor que ya se tienen" comentó Xochitl.
Lee también:
rdmd