Carmen Rincón, pionera del movimiento feminista en el estado de Hidalgo,junt con otras mujeres, hoy celebra 30 años de haber iniciado el movimiento en la entidad . “No vine a vivir poquito, vine a vivir fuerte”, dijo.
Rincón realizó una de las contribuciones más importantes en materia de derechos sexuales y reproductivos al exponer su caso ante la cumbre de población de la ONU , realizada en El Cairo, Egipto, en 1994.
A los 25 años, Rincón regresó a Hidalgo después de cursar estudios especializados en química en la ciudad de Puebla junto con su pareja, José Luis, con quien planeaba tener una hija. Además, en sus planes estaba conseguir una beca para estudiar el doctorado de microbiología en Francia, donde pensaba residir .
Pero fue en septiembre de 1987 cuando, en una mala práctica realizada por una institución privada de salud , Carmen perdió, gracias a una administración excesiva de oxitocina, a su primera y única hija; su útero se había puesto rígido y una sepsis le invadió el cuerpo , por lo que también le extirparon el útero y los ovarios . “Soy una sobreviviente de muerte materna, terminé en silla de ruedas y a punto de perder la vejiga y la uretra”, dijo.
Con esta pérdida, Rincón viviría otro episodio de violencia obstétrica , ya que al fallecer la niña, le recomendaron a su esposo que fuera sepultada de inmediato, “con ello me privaron de cargarla y conocerla, ni eso pude, porque alguien más decidió que no era bueno para mí”.
Con el paso de los días, la familia de Carmen insistió en realizar un juicio por la negligencia de la que ella había sido víctima ; sin embargo, no sabía cómo iniciar la denuncia , pero sabía que lo que le había sucedido no era normal. En el transcurso , alguien le sugirió pedirle ayuda a Martha Lamas. “Tomé el teléfono y le dije: usted no me conoce, pero yo necesito su ayuda”.
Tras contarle su historia, Lamas decide ayudarla y acompañarla en el proceso judicial y a que el caso se difundiera en esos momentos. En total, fueron siete años de juicio donde, además de estar siempre al lado de su familia, también la apoyaría uno de los lideres del Sindicato de Maestros de esa época en Hidalgo, Roberto Meza, “había ocasiones en que solo Roberto y yo estábamos en las audiencias ”, recuerda.
Carmen y su familia también tomaron las calles, conformaron eñ el grupo “Cihuátl”, que en náhuatl significa mujer; pero los tribunales, abogados y todas las dependencias le decían que no había delito que perseguir. “No había justicia”, contó.
Fue en noviembre de 1994 cuando el juicio salió a su favor y en Mexico, por primera vez, se ganó una denuncia por violación a los derechos reproductivos , señaló.
Pero este juicio contra del médico sólo consiguió que éste le retiraran la licencia por tres meses y reponer 500 pesos en gastos. “Pude haber ganado una pensión de por vida , pero yo no lo había hecho por eso”.
Su caso dio vuelta al mundo y fue invitada por la ONU para representar a América Latina en el Programa de Acción de la Conferencia Internacional Sobre Población y Desarrollo, celebrada en septiembre de 1994 en El Cairo, Egipto.
Fue ahí donde contó su testimonio , ahí,el doctor Mahmoud Fathalla, quien era presidente de la Federación Internacional de Ginecología, le pediría perdón en nombre de la comunidad de ginecólogos del mundo.
En esa cumbre había otras mujeres víctimas de violencia obstétrica y en conjunto lograron que se consideren estos actos como violencia sexual y reproductiva, y concretamente, en su caso, violencia en el embarazo .
La fortaleza , dice, la heredó de su abuela y de su madre, quienes la ayudaron a reconstruirse no sólo como mujer, sino también como madre, pues adoptó a dos bebés que hoy tienen 28 y 22 años.
El menor de los dos es Emiliano, que tiene una discapacidad y quien llegó a su vida para enseñarle el verdadero amor, dijo, además de ser una recompensa de lo que la vida le quitó a manos de un doctor. Hoy, su hija Estelí es doctora. Con ellos también surgió el Movimiento Feminista en Hidalgo .
etp