La reciente visita del senador Ricardo Monreal (Morena) por Chiapas, a tierra de Comitán y la presa de Chicoasén, nos revelan, parecía ser un evento enmarcado en la nueva normalidad, pero todo se arruinó cuando se supo que fue invitado a un bautizo en un salón de fiestas de Tuxtla Gutiérrez. El evento, del que dan cuenta sus cercanos, nos confían, levantó más de una ceja, pues mientras en la Ciudad de México se declaraba semáforo rojo por el Covid-19, al convite asistió un gran número de invitados, muchos de los cuales escaparon, precisamente, de la capital del país. Llega el fin de año, nos mencionan, y, para algunos, predicar con el ejemplo no fue propósito cumplido en este 2020.
Nos cuentan que, en Hidalgo, quien ya dio señales de vida fue el senador priista Miguel Ángel Osorio Chong, pues en días recientes se le ha visto en algunas colonias de Pachuca, donde ha repartido apoyo a las personas más necesitadas, lo mismo que acudió a algunas tomas de protesta. Pero más allá de las buenas obras y del espíritu navideño, nos mencionan que en el cuarto de guerra del tricolor se comenta que con su actividad busca impulsar la carrera de su vástago Miguel Osorio Vargas, quien pretende colarse en alguna posición para la renovación de las diputaciones locales o federales. ¿Bastarán cobijas y sillas de ruedas para afianzar la dinastía Chong?
Nos dicen que aunque el alcalde con licencia de San Luis Potosí, Xavier Nava Palacios, está muy seguro de que se quedará con la candidatura a la gubernatura del estado por parte del frente opositor, en realidad, su aspiración está provocando división entre los militantes del PAN, porque muchos no lo ven como parte del partido. Pero eso no es todo, nos aseguran, pues su figura generó roces también entre las dirigencias estatales del PRD y el PRI, al grado de que el tricolor desmintió que se haya pronunciado por Nava, como se quiso hacer creer el fin de semana; en tanto que al sol azteca le pidieron que no se entrometa en el proceso panista interno. Al parecer, los nervios están haciendo presa del potosino, porque Octavio Pedroza, su primer rival a vencer, no es el “pan comido” que tanto dice.
Muy heridos, nos platican, quedaron dos de los suspirantes de Morena a la gubernatura de Chihuahua, luego de que la encuesta interna le otorgó la candidatura al exsuperdelegado Juan Carlos Loera de la Rosa. Se trata, nos detallan, de Víctor Quintana, a quien no contemplaron en la encuesta, y del senador Cruz Pérez Cuéllar, quien pronto y expedito se lanzó a cuestionar los resultados de la misma y hasta amenazó con impugnar. Pero, más allá de los reclamos, nos comentan, entre los morenistas de la entidad ya hay quienes manifiestan que mientras los inconformes pelean, se olvidan de la unidad electoral que, bajo el lema “Juntos Haremos Historia”, les funcionó muy bien en 2018.