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Monterrey.— A nueve años de que fueron asesinados a balazos los estudiantes Jorge Antonio Mercado Alonso y Javier Francisco Arredondo Verdugo, en el Tecnológico de Monterrey (ITESM), la madre de Jorge Antonio, Rosa Elvia Mercado Alonso, aplaude la disculpa que dará el gobierno federal, pero lamenta que el castigo contra los seis exmilitares implicados en el crimen “va muy lento”.

No obstante, a pesar de la irreparable pérdida de su único hijo, Rosa Elvia afirma que le satisface la ceremonia en la que, hoy, la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, a nombre del Estado mexicano, ofrecerá una disculpa pública a los familiares de las víctimas.

“Ha sido una lucha muy difícil, finalmente nos agarramos de la mano de Dios para poder seguir adelante, porque hubo muchos obstáculos que tuvimos que pasar. En gobiernos anteriores no nos trataban como nos trata ahora el gobierno actual”, comenta la mamá de Jorge Antonio, quien era estudiante de excelencia en el doctorado en Ciencias de la Ingeniería y quien hoy tendría 32 años.

Rosa Elvia recuerda que al arrancar el nuevo gobierno federal le llamaron de la oficina de Sánchez Cordero para ratificar el compromiso que habían hecho desde el periodo de transición. En cambio, lamentó, en el anterior gobierno eran “puras promesas que nunca cumplieron”.

Jorge Antonio contaba con apenas 23 años cuando fue asesinado, era oriundo de Saltillo.

Su amigo Javier Francisco tenía 24 años, era originario de Baja California Sur y estudiaba la maestría en Sistema de Manufactura. Ambos eran alumnos de excelencia becados por su alto nivel de aprovechamiento.

Lento proceso. En lo que se refiere a la causa legal que se sigue contra los seis militares implicados en la muerte de Jorge y Javier, Rosa Elvia reconoce que desde el principio se les advirtió que sería un proceso largo, que podría tardar dos, tres, cuatro años o más.

En un principio el caso lo tomó la Procuraduría de Justicia Militar, la cual sólo ejerció acción penal contra un elemento el 25 de junio de 2010 por alterar el lugar de los hechos, pero fue exonerado en 2012.

Por cuestión de competencia, el caso pasó al fuero civil y fue hasta septiembre de 2016 que el juzgado cuarto penal de Monterrey giró órdenes de aprehensión contra seis militares por el delito de homicidio.

“Se ejecutó la orden de aprehensión para tres militares que están encarcelados; dos están prófugos y uno está en calidad de desaparecido y lo más seguro es que ya no viva, porque supimos que la mamá de este ex militar también está registrada en la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas”, detalla.

“Se realizaron todas las ratificaciones de declaración, porque los implicados se quieren defender y solicitaron más ratificaciones de declaraciones, de las cuales muchas de ellas son de las que nosotros presentamos”, añade Rosa Elvia.

El trágico día. Con una gran entereza, la mamá de Jorge Antonio dice que ha asumido los hechos trágicos del 19 de marzo de 2010.

Ese día, un grupo de militares que realizaba labores policiacas en Nuevo León sostuvo un enfrentamiento con un comando de la delincuencia organizada y, al parecer, Jorge y Javier se quedaron en medio del fuego cruzado cuando ingresaban al campus del Tecnológico de Monterrey y fueron confundidos con sicarios que huían.

Tras resultar heridos, los dos jóvenes habrían sido rematados a corta distancia. Sus cuerpos fueron movidos a la parte exterior del campus, se les colocaron armas, los despojaron de sus credenciales de identificación y mochilas, y se intentó hacerlos pasar como sicarios.

“Jorge no sólo era un excelente estudiante, sino también excelente amigo, primo, nieto… no es porque haya sido mi hijo, pero sí, era un hijo extraordinario”, recuerda su madre días antes de que se cumplan nueve años de “aquel terrible día” en el Tec de Monterrey.

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