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Alejandro Giovanni López Ramírez, de 30 años, de oficio albañil, murió el 5 de mayo a causa de los golpes que le dieron policías municipales de Ixtlahuacán de los Membrillos, en el Área Metropolitana de Guadalajara; aunque su homicidio es considerado una ejecución extrajudicial por la Comisión Estatal de los Derechos Humanos de Jalisco (CEDHJ) y hay 3 agentes bajo proceso, aún hay muchas dudas sobre lo que realmente ocurrió.
La noche del 4 de mayo Giovanni fue arrestado afuera de su casa por los policías de la patrulla M-39 y aunque las autoridades estatales han intentado negar por todas las vías que la detención se debió a que no portaba cubrebocas –como lo denunció su familia– esto sigue sin esclarecerse: el Informe Policial Homologado sólo habla de una falta administrativa.
“El detenido los agredió a golpes y verbalmente (a los policías), puso resistencia a la detención y forcejeó con él porque intentó desarmarlo, por tal razón, utilizó la fuerza para evitar que le quitara la pistola”, señala el documento sin explicar la causa del arresto; la saña de los agentes fue tal que le causaron “contusiones localizadas en ojo derecho y ojo izquierdo, pómulo izquierdo; tórax anterior parrilla costal lado derecho; epigastrio, mesogastrio, múltiples contusiones”, según el informe especial realizado por la CEDHJ.
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Antes de ingresar a la cárcel municipal, poco después de las 22 horas, Giovanni ya se encontraba en mal estado de salud y según el parte médico elaborado de forma irregular media hora antes de ser presentado ante un juez municipal, los golpes ameritaban tomas de radiografías y tomografías para determinar su gravedad; aunque el parte habla de consumo de drogas y alcohol, esto no fue corroborado y al respecto hay inconsistencias en las declaraciones de los policías que intervinieron.
El joven fue encerrado en una celda y los estudios solicitados nunca se hicieron; por la madrugada se sintió mal y lo trasladaron a los Servicios Médicos Municipales, donde permaneció tres horas hasta que se ordenó su traslado a un hospital privado del municipio de Chapala.
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La ambulancia que lo trasladó llegó a las 10 horas del 5 de mayo al hospital, lo acompañaban dos paramédicos, dos policías y un especialista; ahí se pidió practicarle una tomografía de cráneo y según declaraciones de personal del hospital, Giovanni se encontraba muy agitado, tratando de bajarse de la camilla, moviendo pies y manos.
Cuando llegó el turno para pasarlo a la máquina en que se haría el estudio, el especialista dijo que éste no se realizaría y se retiraron sin indicar motivo alguno; a las 12 horas de ese día el Ministerio Púbico recibió la notificación de que Giovanni había muerto en los Servicios Médicos Municipales de Ixtlahuacán.
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En el fraccionamiento Los Olivos, donde Giovanni vivía, los vecinos lo recuerdan como un joven tranquilo que compartía la casa con su tía y su hermano; hoy su hogar está vacío, pues sus familiares también se fueron tras denunciar públicamente lo ocurrido y acusar al alcalde, Eduardo Cervantes Aguilar, de tratar de acallarlos, primero con 200 mil pesos, después con amenazas.