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Carmen, la sonrisa con más de un siglo

Carmen Campos Rojas relata con lucidez que se percató de que empezó a perder la vista cuando, al guisar sus frijoles, ya no le atinaba a la cazuela. CORTESÍA. CARLOS SAUCEDO
20/04/2019 |23:17Irma Mejía / Corresponsal |
Irma Mejía
Corrresponsal en ZacatecasVer perfil

Zacatecas— Le tocó ver a los revolucionarios que llegaban a los pueblos y se robaban a las mujeres jóvenes; algunas se salvaron porque sus padres las escondían o las vestían de viejitas. En aquella época Carmen era una niña, hoy es la mujer más longeva de su comunidad, San Jerónimo, del municipio de Fresnillo y, quizá, de todo el estado. En tres meses cumplirá 105 años.

Carmen Campos Rojas nació en el rancho La Huazarca, de San Jerónimo, y con lucidez relata el miedo que sentía al ver llegar al pueblo a esos hombres “enriflados” para exigir a las familias agua y comida, además de robarse a las muchachas.

“Muchas veces, a mi casa llegaban corriendo las muchachas desesperadas que le pedían a mi madre que les prestara enaguas, faldas largas, largas, con rebozos para vestirse como viejitas”, relata.

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Pese a que provenía de una familia de escasos recursos, afirma que siempre ha sido muy feliz. Presume que jugó con muñecas de trapo y hasta de sololoy (vinil). Su madre tuvo 12 hijos, pero sólo sobrevivieron ella y dos de sus hermanos.

Se casó a los 15 años con el agricultor Miguel Ibarra, tuvieron 12 hijos y estuvieron juntos 80 años, hasta la muerte de él.

Dice que su esposo era sano y murió por la edad. Ella tampoco tenía enfermedades, pero comenzó a perder la vista. Se percató de esto cuando intentaba guisar sus frijoles con manteca y ya no le atinaba a la cazuela.

Sus hijos, que están en el Estado de México, la llevaron al médico, quien les dijo que por la fragilidad de sus retinas ya no le pueden practicar cirugías oculares. Sin embargo, Carmen camina con agilidad. Nunca ha querido abandonar su vivienda y sólo acepta ir a desayunar o comer a la casa de su hija Obdulia, quien tiene 60 años, la asiste y es la única de sus vástagos que vive en el pueblo.

Diariamente camina del brazo de su hija varios metros y cuando comienza a pardear el cielo, le pide a Obdulia que primero la lleve a rezar el rosario y después la regrese a dormir a su casa.

Dice que ya perdió la cuenta de su año de nacimiento, lo que sí sabe es que el día de su cumpleaños es el 16 de julio. No cree que le hagan una fiesta, pues “nunca tengo fiesta ni nada. ¡Pasa de noche!”, añade y suelta tremenda sonrisa.

Y para que no pase inadvertido este cumpleaños, Saúl Monreal Ávila, presidente municipal de Fresnillo, se comprometió a festejarla, tras considerar que se trata de una mujer que es un ejemplo no sólo para su familia, sino para su pueblo y para todos: “Es una gran mujer a la que hay que aprenderle mucho”, afirma.

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