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Juchitán.— En su lecho de muerte, Margarito le recordó a su prima Carisia sus juegos infantiles a los 10 años: simulaban ser agentes municipales del pueblo. Carisia se rodeaba de niños y lanzaba discursos como los políticos, seguido de aplausos y gritos. Margarito murió dos días después de su encuentro, así que en su honor ella hizo el sueño realidad y se convirtió en la primera muxe’ en Oaxaca que gana una elección por usos y costumbres.
Carisia López Cabrera es una muxe’ gunna/muxe’ trans, que viste a diario ropa de mujer, en ocasiones festivos trajes regionales, por lo que al asumir su cargo como agente municipal de Santiago Ixtaltepec, comunidad de Asunción Ixtaltepec, no dejará de hacerlo.
Lo dejó claro cuando recorrió el pueblo casa por casa; no abandonará su identidad muxe’, pero aclaró que no cambiará su nombre oficial masculino, Bulmaro, ya que lo lleva en honor a su abuelo, que lo quiso mucho y nunca la discriminó.
Carisia es una muxe’ muy popular y querida en Santiago Ixtaltepec. No existe hogar que no haya recibido un apoyo emocional o económico de su parte en sus 29 años de vida. Lo mismo apoya con rezos gratuito en los velorios o entrega medicina a enfermos con pocos recursos que apadrina a niños y fiestas patronales.
Camino recorrido
La discriminación por su preferencia sexual comenzó desde niño, pero el apoyo para superar los maltratos vino de su madre. Recuerda que incluso se separó de su padre para evitar agresiones homofóbicas y machistas por la orientación de su hijo, cuando salió del closet a los 11 años.
“La que siempre estuvo a mi lado para apoyarme en todas mis aventuras y decisiones es mi madre. Ella sacrificó su matrimonio por mí, para que al salir del closet él ya no estuviera presente y no me maltratara. Con el tiempo mi padre me aceptó y le demostré ser un buen hijo y ciudadano. Creo que al final es lo mismo que pasó en el pueblo, me gané el respeto de todos con mi trabajo y honorabilidad”, explica.
Carisia siempre causó una revolución en este pequeño pueblo de la zona norte del Istmo de Tehuantepec. A los 20 años se casó con un campesino mayor que ella, originario de María Lombardo. La pedida de mano y la celebración fueron todos unos acontecimientos, convirtiéndose en la primera boda muxe’ de la región.
Se fue de su pueblo a los 13 años para prepararse como estilista; en esos años se hacía llamar Yadira, como su tía. Regresó a los 15, para luego ir a Puebla a estudiar diseño de modas y regresó hace dos años, a petición de su primo. Después de ese encuentro en su lecho de muerte, se volcó a prepararse para convertirse en agente municipal, y formó una planilla de ciudadanos con vida honesta y honorable que la llevó al triunfo.
“De alguna forma es una manera de honrar a mi primo, cumplir el deseo que tenía de servir al pueblo. Hoy tengo la gran responsabilidad de que los recursos de la agencia se apliquen, de rendir cuentas, de contribuir al cambio de mentalidad de mis paisanos, de erradicar el machismo y la homofobia, de decirles a las muxes’ más jóvenes que sí se puede ser autoridad, que lo que vestimos no nos define”, explica.