.— Ofelia Elizalde creció escuchando el canto cardenche en su casa. Las entonaciones de su padre y de su madre. Después presenció a los cardencheros ir a festivales y conciertos en el país y en el mundo, hasta que, ante la falta de nuevos intérpretes y el peligro de extinción del canto, su hermano la invitó a unirse al grupo.

De eso hace cuatro o cinco años. Hoy la señora Ofelia Elizalde, de 70 años, es una de las cantantes que buscan preservar un canto que está en peligro de morir.

El cardenche es un canto de arraigo en la comunidad de Sapioriz, Durango, en la Comarca Lagunera, donde se conserva la tradición de este canto lastimero y profundo que se entona a capela.

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Ofelia Elizalde, de 70 años, fue invitada por su hermano al grupo musical. Ella es una de las cantantes de cardenche que busca preservar este canto. Foto: Francisco Rodríguez
Ofelia Elizalde, de 70 años, fue invitada por su hermano al grupo musical. Ella es una de las cantantes de cardenche que busca preservar este canto. Foto: Francisco Rodríguez

El relato histórico refiere que eran los peones de las haciendas quienes narraban sus dolores a través del canto. “Mi papá me contaba que ellos no podían expresarse, que para poder cantar se escondían hasta en las noches; trabajaban de sol a sol sin recibir dinero, sólo maíz y frijol para sobrevivir”, platica Ofelia Elizalde.

Agrega que como los peones eran tan pobres, no tenían para un instrumento y por eso siempre fue a capela. La cardenchera recalca que así tiene que ser, porque en algún momento hubo quien quiso musicalizar el canto, pero los viejos no quisieron.

“El canto cardenche es de nosotros, es de esta comunidad. Yo no sé quién lo compuso. Yo no sé de dónde vino, pero aquí lo conocimos desde nuestros antepasados; por ejemplo, mi papá, mi abuelito”, comenta.

Dice Ofelia que lo cantan con el estómago, con el corazón porque saben que es de ese pueblo, y que lo que se compuso en aquel momento es porque las personas sufrían hambre, sufrían maltrato, tristeza de saber que a lo mejor en las noches los niños se dormían sin cenar.

“La misma tristeza los hizo sacar poquito de lo que sentían”, menciona Ofelia.

Hace años se conformó la agrupación Los Cardencheros de Sapioriz, un cuarteto de campesinos de la comunidad que comenzaron a proyectar este canto que inclusive los llevó a viajar por el mundo.

Sin embargo, algunos miembros han fallecido, como Fidel Elizalde, hermano de Ofelia, quien la invitó a unirse al grupo.

El cancionero cardenche que Ofelia suele entonar en la agrupación que lo compone actualmente Lupe Salazar e Higinio Chavarría, tiene más de 80 canciones. Su canción favorita porque le recuerda a su familia, a su mamá: La redonda luna.

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Esta canción no la tenía el grupo, hasta que la madre de Ofelia, enferma, en cama, comenzó a cantarla y su hermano Fidel notó que no la conocía.

Pobre de mí, cuando la redonda luna se paseaba mi amor… dice la canción. Vino el lucero y lo vi brillar en la arena… continúa, y ese párrafo le llega a Ofelia porque dice que le trae recuerdos de su niñez, cuando ella y sus siete hermanos dormían amontonados.

El gusto por el canto desde pequeña

A Ofelia Elizalde siempre le gustó mucho cantar desde pequeña. Sabe tocar la guitarra. Le gusta la música norteña y la ranchera. Cantó en pastorelas, posadas o rosarios, y si bien entonaba cardenche en la casa o las calles, las presentaciones estaban destinadas para los hombres.

Una de ocho hermanos y hermanas, Ofelia Elizalde no terminó la primaria porque, dice, de niña se enfermaba mucho y por todo se le venía hemorragia en la nariz.

Ahora es madre, abuela y además de cardenchera es campesina. Ella y su esposo cuidan de un rancho donde también les prestan tierra para sembrar.

Ofelia Elizalde cree que le gusta el campo porque lo trae desde chica, cuando veía a su madre trabajar y traer la leña. A ella le gusta estar en el campo, alimentar a los becerros del patrón, cortar el chile y cambiar el riego.

“Todavía en mi juventud los muchachos cantaban en las esquinas”.

Pero poco a poco los cardencheros se hicieron viejos y nadie vino detrás de ellos. Así que invitaron a Ofelia, quien se convirtió en la primera mujer de la agrupación.

Platica que ha viajado a distintas ciudades del país a entonar el cardenche y hasta posó en una fotografía a lado del cantante Lenny Kravitz.

Sin embargo, a pesar de ello reconoce que el canto sigue en peligro de desaparecer. “Si no encontramos quién nos reemplace puede ser que se acabe por lo menos aquí, el original”, lamenta.

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La cardenchera dice con orgullo que le gusta cantar las letras de este género folclórico porque siente que las vive, que las ve, que ve el tiempo a partir de las letras.

“Me están diciendo lo que pasó. Veo a mis padres, mi entorno, veo cómo viví. Veo mi comunidad cómo era antes. Para sentirlo hay que vivirlo”, comenta.

Esto dice un extracto de la letra ‘Yo ya me voy a morir a los desiertos’: Yo ya me voy a morir a los desiertos, Me voy dirigido a esa Estrella Marinera. Sólo en pensar que ando lejos de mi tierra, nomás que me acuerdo me dan ganas de llorar”.

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