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Puebla.— En el último fin de semana previo a las elecciones extraordinarias por la gubernatura de Puebla, los tres aspirantes realizaron su cierres masivos de campaña y echaron toda la carne al asador al ser acompañados por las dirigencias nacionales de los partidos que los respaldan.
En la capital, con referencia al presidente Andrés Manuel López Obrador, el candidato de la coalición Juntos Haremos Historia, Miguel Barbosa Huerta, cerró su campaña electoral con la promesa de lograr la reconciliación ciudadana y la política.
Ante miles de personas congregadas en la emblemática zona de Los Fuertes, el morenista se comprometió a impulsar la operación de partidos políticos fuertes y autónomos, así como generar reformas legales para brindar completa autonomía a los poderes del estado.
Acompañado de los liderazgos nacionales de Morena, PT y PVEM, aludió a los gobiernos pasados en Puebla, a quienes acusó de ejercer un poder absoluto y haber convertido el ejercicio del poder en un mero negocio.
“Acabaré con el modelo de negocios conferido por anteriores gobernantes, se pensaba que gobernar era un modelo de negocios y cada acto de gobierno tenía como propósito ganar dinero a través de la corrupción”, acusó.
Con la presencia de alcaldes morenistas y liderazgos locales que en el pasado formaron parte del morenovallismo y del priismo, Barbosa se comprometió a ser un gobernador para todos, aunque recalcó: “Por el bien de todos, primero los pobres”.
“Veo a un Puebla agraviado”, afirmó Barbosa, parafraseando al finado Luis Donaldo Colosio Murrieta; “veo a un Puebla que necesita ser reconstruido”, agregó.
Barbosa reconoció que a sus 59 años llega a las elecciones con una discapacidad, debido a la amputación de su pie derecho por un descuido en su enfermedad de diabetes.
Expuso que al cierre de campaña llegan sin rencores y con los brazos y corazones abiertos como estrategia para resolver el dilema social poblano de la unidad y la reconciliación.
Apuesta por la tolerancia. El candidato del PAN-PRD-MC a la gubernatura de Puebla, Enrique Cárdenas apostó por un discurso en busca de una Puebla “tolerante y respetuosa de las diferencias de sus habitantes”.
Desde Tehuacán, y como parte de sus cierres regionales, Cárdenas pidió a los ciudadanos impedir que Morena y PRI se apropien de Puebla con dinero, amenazas y calumnias y llamó a cuidar la elección extraordinaria del próximo 2 de junio, pues dijo “es cuidar el futuro de los poblanos”.
“Hagamos nuestra esta elección, nos pertenece; no vamos a dejar que los demás se apoderen de ella con dinero, con amenazas, con calumnias”, expresó el exrector de la Universidad de las Américas Puebla.
“Es nuestra elección y vamos a ganar por mucho para que no haya duda del triunfo de todos nosotros”, agregó el abanderado de PAN, PRD y MC.
Se comprometió a detonar la actividad económica, apoyar el campo y promover la industria y los servicios de calidad, con innovación y emprendimiento. “Sueño con que todos tengamos el mismo chance, que no importe dónde nacimos, que todos tengamos las mismas oportunidades”.
Una nueva oportunidad para el PRI. En la capital, el candidato del PRI a la gubernatura de Puebla, Alberto Jiménez Merino, cerró su campaña electoral con un llamado a desterrar del estado a los gobiernos del PAN y de Morena, a los que calificó de malos y pidió que le den a su partido una nueva oportunidad.
Ante su dirigente nacional y miles de simpatizantes, el priista de cepa apostó a que en las elecciones extraordinarias los ciudadanos “no vuelvan a equivocarse y apuesten por un nuevo comienzo para Puebla, con un cambio de rumbo con responsabilidad”.
“El reto más importante que tenemos los priistas es decirles a los ciudadanos que hoy tenemos una gran oportunidad de un nuevo comienzo para Puebla, un cambio de rumbo con responsabilidad”, expresó.
“¡Merino gobernador, Merino gobernador!”, corearon los asistentes a la llamada Marcha de la Victoria que se convocó por los priistas.
Señaló a los gobiernos panistas y morenistas de impulsar una forma malvada de destrucción del tejido social, ese que —dijo— es tan difícil de tejer y volver a reconstruir.