Ulapa.— Una treintena de niños que viajan con sus padres en la caravana migrante fueron trasladados a clínicas rurales para su atención médica por presentar fiebre, tos, gripa, deshidratación, dolor de cabeza y lesiones en los pies, por las largas caminatas bajo el sol y la lluvia.
A ocho días de que la caravana partió de Tapachula, el contingente ha caminado unos 87 kilómetros hasta este poblado de Ulapa, donde este sábado descansaron durante el día y por la tarde reanudaron su camino con rumbo a la cabecera municipal de Mapastepec, ubicado a unos 13 kilómetros.
Ayer desde temprano, las diferentes familias se trasladaron por su cuenta a los hospitales rurales para atender a sus menores con diferentes padecimientos.
Irineo Mujica Arzate, activista de Pueblos Unidos Migrantes (PUM) y organizador de la caravana, indicó que muchos de los menores se han enfermado debido a las caminatas que realizan desde hace ocho días que salieron de Tapachula con destino a la Ciudad de México, pues van bajo temperaturas de hasta 40 grados y rachas de lluvias que les han tocado.
La mayoría de los mil 250 niños menores de siete años que integran esta caravana presentan también deshidratación, golpes de calor, rozaduras y lesiones en los pies por las ampollas.
Según la organización no gubernamental de médicos de ayuda humanitaria Global Response Management (GRM) —que desde el pasado domingo brinda atención médica y medicina a esta población en movimiento— se han atendido a 2 mil personas, la gran parte niños, a los cuales les hicieron curaciones en los pies, les suministraron suero y otorgaron medicamento.
INM condicionó documentos
El activista Irineo Mujica Arzate habló sobre la negociación con el Instituto Nacional de Migración (INM); dijo que la dependencia les ofreció tarjetas de regularización migratoria a los integrantes de la caravana, pero sólo si retornaban a Tapachula, lo cual fue rechazado en un consenso a mano alzada.
“Pedimos misericordia para estos niños y las mujeres, que documentaran a los núcleos familiares, pero respondieron que eran todos o ninguno”, detalló.
Denunció que agentes federales del INM no permiten que los pequeños sean trasladados a las clínicas de salud por sus padres, ya que “son cazados” en los retenes o la carretera.
“Necesitamos llevar a estos niños a los hospitales sin que los anden cazando, porque cada vez que traemos a un niño, Migración se quiere llevar a la familia”, señaló el defensor de los derechos promigrantes.
Acusa desaparición
Andrea Pérez, una mujer migrante de Venezuela que viaja en la caravana con su esposo y tres hijos, denunció que su pareja se encuentra desaparecido, luego de que el INM intentó detenerlo cuando fue a buscarla a la clínica, en la cabecera municipal de Mapastepec, debido a que sus hijos se encuentran enfermos.
“Él venía a buscarme en una bicicleta, pero los de Migración lo intentaron detener y le arrebataron la bolsa con 500 pesos, una máquina de afeitar con la que trabaja en la caravana y la ropa”.
Abundó que uno de sus hijos presentaba deshidratación, el otro dolor de cabeza y una menor adolescente asepsia dental, por ello fueron tras- ladados a una clínica rural.
“Estamos siendo perseguidos por Migración, nos tienen entre la espada y la pared”, dijo la madre, quien también fue atendida por dolores en las rodillas.
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