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El primer cuatrimestre del año fue el más violento en la historia del país para las mujeres. En promedio, cada dos horas y media una fue asesinada en algún punto de México, de acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
De acuerdo con estas estadísticas, del 1 de enero al 30 de abril de 2019 se cometieron mil 199 feminicidios y homicidios dolosos de mujeres, lo que quiere decir que al día unas 10 fueron asesinadas.
Del primer al cuarto mes del año la tendencia de delitos de este tipo ha ido al alza: en enero se cometieron 302; en febrero, 272; en marzo, 310, y abril cerró con 315 víctimas.
Comparando los primeros cuatrimestres de años anteriores, también se detectó un continuo incremento en el número de mujeres que fueron asesinadas con dolo.
En cuatro años aumentó 97% el número de víctimas mortales.
Al respecto, la maestra Lourdes Enríquez, colaboradora del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explica que el incremento tiene su origen en la impunidad.
“El problema es que no pasa nada, que hay impunidad total (...) Es cierto que vivimos en una época violenta, pero tampoco podemos generalizar que todos estos asesinatos ocurrieron en lo público (...) En el imaginario de los aplicadores de justicia está que si una mujer fue asesinada, es porque ella se lo buscó”, señala.
El primer cuatrimestre de 2019 fue también el más violento para niñas y adolescentes: de enero a abril mataron a 114 menores de entre cero y 17 años, es decir, una por día.
De acuerdo con un análisis de datos, 54% de estas mil 199 mujeres fueron asesinadas con arma de fuego; al resto le quitaron la vida con un arma blanca u otro artefacto.
En este contexto, Enríquez, también coordinadora del área de Derechos Reproductivos en el Programa Universitario de Bioética de la UNAM, señala que el uso de armas de fuego deja ver la facilidad con la que se adquieren y cómo se utilizan para delinquir.
“Esto tiene que ver con el acceso a las armas (...) y con un poder soberano e impune sobre la vida de niñas y mujeres, que el Estado no castiga”, indica.
Transición sin género. Durante 2018 se eligieron en el país ocho nuevos gobernadores y una jefa de gobierno. En sus promesas de campaña, los hoy mandatarios se comprometieron a dirigir estrategias para aminorar la inseguridad.
Sin embargo, a la fecha cinco de estas nueve entidades se colocan entre las más peligrosas para las mujeres: se trata de Jalisco, Guanajuato, Veracruz, la Ciudad de México y Puebla.
Al respecto, la maestra Enríquez destaca que la transición trae de la mano una ruptura, ya que los nuevos gobiernos “no rescatan los avances de las anteriores administraciones. Los egos pueden más que el bienestar común”.
De acuerdo con las cifras del SESNSP, son 10 estados los que concentran más de 65% de los mil 199 asesinatos de mujeres ocurridos a inicio de año.
El Estado de México se coloca a la cabeza con 152 víctimas de feminicidio y homicidios dolosos.
Después sigue Jalisco, con 102; Guanajuato, con 99; Veracruz, con 73; Chihuahua, con 71; Ciudad de México, con 70; Baja California, con 65 mujeres asesinadas; Guerrero, con 54; Puebla, con 51, y Oaxaca, con 48 casos.
El próximo 2 de junio habrá elecciones ordinarias a gobernador en Baja California y extraordinarias en Puebla, tras la muerte en diciembre pasado de la gobernadora Martha Erika Alonso. En la contienda no hay ninguna candidata que aspire al cargo de gobernadora.