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Desde hace casi tres décadas, el municipio de Santa María Atzompa, ubicado a nueve kilómetros al noroeste de la capital del estado de Oaxaca, abrió un tiradero a cielo abierto para no depender del basurero municipal, que recibe los desechos de 25 municipios, incluyendo los de la ciudad de Oaxaca.
El presidente municipal Luis Agustín Vásquez Ortiz señala que desde el inicio de su administración, en 2020, las y los integrantes del ayuntamiento reconocieron la problemática que implica este tipo de vertedero, en especial ahora que éste ya llegó a su máxima capacidad.
En la revista Ciencia y Desarrollo, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) explica que en un tiradero a cielo abierto los residuos se vierten directamente al suelo, sin cubrirlos con tierra, y sin un estudio preliminar, lo que se traduce en afectaciones ambientales.
Esto se contrapone al planteamiento que supone la existencia de un relleno sanitario, que involucra métodos y obras de ingeniería para la disposición final de los residuos sólidos urbanos con el fin de controlar, a través de la compactación e infraestructura adicional, los impactos ambientales.
Por ello, menciona el edil, se adquirió un predio en el paraje La Casahuatera, en donde se tiene planeado un relleno sanitario con una aportación federal de 8 millones de pesos; sin embargo, el proyecto peligra ante la resistencia de unas 60 personas que se oponen a la obra y se han manifestado de manera continua contra el inicio de la misma.
Al respecto, el edil explica que la inconformidad surgió en meses recientes, pues aunque las personas temen afectaciones ambientales ante la instalación del relleno sanitario, el proyecto cuenta con el aval de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
Asimismo, personal de la Secretaría del Medio Ambiente, Energías y Desarrollo Sustentable de Oaxaca (Semaedeso) ha supervisado la calidad y viabilidad de la obra, luego de que hizo estudios de tipo de suelo e hidrológicos, así como de impacto ambiental.
La dependencia también realizó estudios sobre el impacto a la población, pero no determinó afectaciones significativas.
El terreno costó al municipio 2 millones 700 mil pesos y tiene una extensión de dos hectáreas 477 mil metros. A la inversión se suma un monto superior a los 300 mil pesos, por la realización de los estudios mencionados.
“No tenemos otra opción, porque Semaedeso ha multado en varias ocasiones al Cabildo por diversos incendios sucedidos en el tiradero a cielo abierto”, comenta Vásquez Ortiz y señala que los incendios han sido propiciados por habitantes de la zona.
En tanto, los pobladores del paraje donde se construirá el relleno sanitario apuntan que la obra afectaría un afluente del que planean abastecerse de agua, y añaden que el edil no ha garantizado el acceso a los servicios básicos en la zona.
“Con la pandemia vemos las necesidades de cada familia, de los niños. Tenemos muchas necesidades que al presidente [municipal] no le interesan, el presidente siempre nos ha discriminado”, sostienen.
Un problema que se agrava
La Semarnat señala que para los 570 municipios de Oaxaca, los gobiernos estatal y municipales han habilitado siete rellenos sanitarios y 401 tiraderos a cielo abierto.
“En todo Oaxaca es muy grave el problema de la basura”, comenta al respecto la regidora de Salud de Santa María Atzompa, Graciela Ramírez Caballero.
La funcionaria apunta que cuando se adquirió el terreno en el que se proyecta la construcción del tiradero no había casas alrededor de éste.
“Se trata de asentamientos irregulares, personas que se oponen al proyecto y que han obstaculizado el ingreso de la maquinaria para poder comenzar con la obra.
“Por instrucciones del presidente municipal y porque pusieron a niños y mujeres al frente, no hubo confrontación, sino que se realizaron pláticas informativas sobre la obra y sus beneficios”, señala.
Lo preocupante, destaca por su parte Vásquez Ortiz, es que el 31 de marzo pasado venció el último plazo que estableció la Federación para aplicar el recurso destinado a la obra.
El antagonismo, lamenta el edil, también viene del mismo Cabildo, pues un grupo de cinco regidores se opone al proyecto. La inconformidad de las y los servidores públicos, apunta, surgió ante la elección de una empresa que ellos no propusieron para la ejecución de la obra.
Separación de basura, una necesidad
Acerca de este tema, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) revela que en el país solamente 11% de la basura recolectada es separada.
A nivel nacional, sólo existen 241 centros de acopio que recolectan diariamente materiales diversos: 75% papel, cartón, PET y vidrio; 23%, PET; 13%, vidrio; 9%, fierro, lámina y acero; 7% plástico y 3% aluminio, electrónicos y electrodomésticos.
En Oaxaca son escasas las iniciativas para la clasificación de los desechos y éstas provienen principalmente de particulares.
En especial, destacan los proyectos de compostaje impulsados por ciudadanos.
En fechas recientes, ante la información de que el tiradero de desechos, ubicado en la Villa de Zaachila, está a su máxima capacidad, diversos municipios de Oaxaca ya exigen a los usuarios la clasificación de la basura orgánica e inorgánica.
Una vez iniciada la obra, indican los funcionarios, se comenzará a capacitar a la población sobre la importancia de la adecuada separación de los residuos.
Para ello, se han reunido con representantes de las colonias del municipio, quienes manifiestan su apoyo a la obra.
El proyecto, insistieron, tiene el respaldo del comisariado ejidal de la zona del paraje La Casahuatera. “La obra se tiene que ejecutar porque es una necesidad del municipio de Santa María Atzompa que beneficiará a más de 40 mil habitantes”, explican.