Tlapa de Comonfort.— Brianda Moran rompió los estereotipos y tabúes de una región machista que mantenía prejuicios de acudir a un consultorio médico dentista para ser atendido por una persona homosexual o transexual. Hoy la médica Moran, como es conocida profesionalmente, asegura que cumple todos sus sueños: se convirtió en una mujer y triunfa en su carrera profesional.
La joven es originaria de Tlapa, en la región de la Montaña de Guerrero, una zona devastada por los rezagos sociales y un machismo que oprime a las mujeres.
Nació con el nombre de Ofelio Moran. A los ocho años se dio cuenta de sus preferencias sexuales, su familia también. Brianda recuerda que le gustaba jugar con muñecas, probarse vestidos y maquillarse. Su madre y su padre intentaron revertirlo: lo metieron a jugar futbol, y su padre le compró botas, sombrero y cinturón piteado para llevárselo a las corridas de toros, pero siempre buscó la forma de escaparse y volver a casa.
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En su adolescencia se volvió penoso y retraído, cuidaba mucho su preferencia sexual, no salía de parranda, iba de la escuela a la casa, cumpliendo los estereotipos de un joven de la región. Una vez que concluyó sus estudios de media superior, decidió continuar como cirujano dentista en la ciudad de Puebla, y durante su carrera descubrió más su homosexualidad sin perder la idea firme de concluir sus estudios y volver a casa como un profesional, y a los 23 años volvió a Tlapa, listo para ejercer su profesión y montó su propio consultorio.
“Al estar de vuelta en casa y tener nuevas amistades salí con más frecuencia a las fiestas de los pueblos, donde participaba como mojiganga disfrazada de mujer. Disfrutaba bailar, sentía que por fin era libre, siempre y cuando fuera lejos de Tlapa, no a la vista de mi familia”, recuerda.
Relata que fue inscrita por sus amigas, sin su consentimiento, a un concurso para elegir a la reina de la comunidad LGBTI en Tlapa, pero al enterarse, su primera reacción fue rechazar la invitación, pues sentía pena de estar en el ojo público, sobre todo por su familia.
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El mismo día del evento se llenó de valor y decidió participar sin imaginar que esa noche se coronaría como la reina, pero su felicidad se vino abajo cuando sus contrincantes decidieron apelar el veredicto, lo que ocasionó un pleito en el escenario que fue fotografiado por los periódicos locales y difundido al siguiente día.
Cuando tenía 26 años, Brianda comenzó a tener la inquietud de modificar su cuerpo. Su negocio iba en aumento, cada día tenía más pacientes, lo que le permitió costear su primera intervención y realizarse una lipoescultura, y esa primera cirugía la llevó a la segunda. Comenzó a asesorarse con profesionales, atención sicológica y médica para comenzar su cambio de género, teniendo la aceptación de su familia. A los 32 años, Brianda se sometió a una cirugía de reasignación de sexo y se convirtió en la primera mujer transgénero de La Montaña.
Hoy, Brianda está satisfecha de lo que ha logrado. “Celebro la valentía de los jóvenes de Tlapa y La Montaña que puedan mostrar su preferencia sexual, y de una sociedad (...) que acepta el amor en cada una de sus formas”, declara con orgullo.