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Villahermosa.— En Tabasco, en una biblioteca pública que lleva por nombre José Martí, se encuentran más de 6 mil ejemplares de libros, revistas y periódicos, y entre ellos hay un Quijote del año 1732, que es la segunda parte de la novela de Miguel de Cervantes Saavedra.
Este inmueble, a pesar de encontrarse en el centro de la ciudad, es poco visitado. Quedó en el olvido cuando en 1987 fue construida la biblioteca del estado, José María Pino Suárez, que cuenta con todos los elementos modernos que requieren los estudiantes, siendo los arquitectos Teodoro González de León y Francisco Serrano quienes la diseñaron.
En la José Martí hay 14 colecciones especiales, todas ellas están trabajándose para poder digitalizarse y curarse; la más emblemática es una que donó Francisco J. Santa María, la cual, por su riqueza, por los materiales que contiene, por la importancia del hombre de letras, político, historiador que fue, es la de mayor valor histórico y económico.
El encargado de la biblioteca, el doctor en historia Arturo Filigrana, aseguró a EL UNIVERSAL que nunca se ha hecho un avalúo de esa memoria bibliográfica con la que se cuenta, pero señaló que puede ser incalculable.
“Que yo sepa nunca se ha hecho avalúo sobre esas obras, pero nosotros le damos el valor por su antigüedad; son joyas, no hay muchas circulando de esta edición en particular, ediciones del Quijote ha habido muchísimas a lo largo del tiempo, pero esa edición es un poco rara”, expresó.
Explicó que el propio dueño del libro, Francisco J. Santa María hizo unos trabajos interesantes sobre ese libro y dijo primero que esa pieza correspondía a una edición que se publicó en 1723 o que se había publicado poco antes.
“Es la segunda parte, insisto, no es toda la parte del Quijote, entonces se considera a la hora de que le pusieran el número a la portada del libro, se lo cambiaron, y le pusieron 1732, es decir, que cambiaron el tres por el dos, es la versión de Santa María, pero es muy aceptable por supuesto, él era un gran conocedor”, apuntó.
Y agregó: “Entonces esa ya es una causa muy rara y la otra es que estamos ante una edición de una segunda parte que se hizo en Sevilla y que, al buscarlo, he encontrado muy pocos ejemplares; por ejemplo, en la biblioteca de la Universidad Internacional de Andalucía hay uno”.
La biblioteca José Martí fue inaugurada el 12 de octubre de 1944 por el entonces gobernador Noé de la Flor Casanova.
“Hay otro que me atrevo a comentarles, es un ejemplar de la vida de Santa Teresa de Jesús, ese es más antiguo todavía, es de 1670, si lo vemos por el lado de la antigüedad, es todavía más antiguo; tenemos otros, hay uno de un autor que se llamaba Claudio Josefo, cuando se estudió la antigüedad en la época de la guerra de los judíos con los romanos”, dijo.
Aquí se pueden revisar más de 20 mil ejemplares de periódicos del siglo XIX y XX, además de las 14 colecciones especiales, todos son consultables a través de un micrositio.
“No todos, pero sí muchos de esos libros están microfilmados y aparte digitalizados, se están cambiando de formato de rollo y se pasa a través de un equipo especial, se pasan al tema digital para que se puedan consultar a través de la computadora”.
Especialistas encabezados por la historiadora Leticia Rodríguez se encargan de inventariar y digitalizar el acervo, que formó parte de la biblioteca del que fuera gobernador de Tabasco de 1947 a 1952, Francisco J. Santamaría.
Se busca que este espacio se convierta en un centro de documentación e investigación, porque como biblioteca ha perdido ese sentido.
