A lo largo de siete años la Comisión Nacional Forestal (Conafor) ha destinado apoyos económicos con los que el Programa de Recuperación del Berrendo Peninsular (Antilocrapra americana peninsularis) encamina los esfuerzos para lograr la preservación de esta especie.
Los trabajos coordinados por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) y la asociación Espacios Naturales y Desarrollo Sustentable (ENDESU) han conseguido aumentar la población de esta especie en un 32 por ciento, sólo en la península de Baja California, según informó la Conafor a EL UNIVERSAL.
Especie en peligro de extinción
Surgió en 1997 como un esfuerzo conjunto entre CONANP, ENDESU y una organización civil, ante el descenso de la población de este mamífero, pues en 1993 llegó a ser de 93 ejemplares.
En 10 ejidos de los estados de Baja California y Baja California Sur, correspondientes a 41 mil 988 hectáreas, se ejecutan acciones de vigilancia para evitar la cacería furtiva, se colocan bebederos, comederos, cercas para delimitar al ganado de depredadores y establecer áreas de manejo de diferentes etapas de crecimiento y desarrollo de la especie.
Estas acciones dan muestra de efectividad con un censo realizado a principios de este año donde se destacó que en la península de Baja California existen 480 berrendos, 155 más que en 2010, según informó Víctor Sánchez, responsable del Programa.
El Programa de Recuperación del Berrendo Peninsular
Los ejidos donde se aplica el Programa pertenecen a la Reserva de la Biósfera del Vizcaíno y el Área de Protección de Flora y Fauna Valle de los Cirios, a los que la Conafor asignó recursos por 40 millones de pesos, a través del programa Pago por Servicios Ambientales (PSA), el esquema de fondos concurrentes y el Proyecto de Bosques y Cambio Climático.
Estos ejidos son: El Costeño, en el municipio de Ensenada, Baja California; Emiliano Zapata Tres, Benito Juárez, Lázaro Cárdenas, Gómez Palacio, Lagunitas, Héroes de Chapultepec, Mataranchos, Antonio Diaz Soto y Gama y el Nuevo Centro de Población Agrícola Guadalupe Victoria, todos en el municipio de Mulegé, Baja California Sur.
“La alianza con Conafor es importante porque en la visión de futuro es que los propietarios se interesen en la conservación", explicó Víctor Sánchez.
El ecosistema también se beneficia
El berrendo habita zonas áridas que se ven beneficiadas por esta especie “agricultora”. Esto porque sus pezuñas simulan un arado y cuando deja excretas, lo hace en la huella de su pisada, que se hidrata con el rocío que llega del Océano Pacífico y el Mar de Cortés, por lo que tiene altas probabilidades de dar fruto.
Los trabajos del Programa de Recuperación del Berrendo Peninsular también han permitido la preservación de otras especies como la zorrita del desierto, el quelele, el águila, el halcón, la codorniz, el correcaminos, el venado bura, la liebre y el coyote. Estas especies acceden a los bebederos y comederos que han construido los ejidatarios.
"Nos dábamos a la tarea de permanentemente estarle trayendo líquido, diario viajábamos al ejido Mataranchos para que estos animalitos fueran beneficiados porque también son parte de la fauna silvestre. Todo esto fue precisamente con los apoyos de Conafor, de Servicios Ambientales, también tenemos apoyo con la Reserva de los Cirios", explicó Héctor Montaño habitante del Ejido Mataranchos, en Mulegé, Baja California Sur.
Ecoturismo: beneficio a las comunidades
Los habitantes de el ejido El Costeño, en Ensenada, Baja California encontraron en el recurso de Conafor una opción para preservar las especies endémicas y del mismo modo la posibilidad de ampliar sus actividades.
“La zona tiene muchos atractivos turísticos, es la cuna de la ballena gris, tenemos muchas zonas arqueológicas, pinturas rupestres que dejaron nuestros ancestros y que de alguna manera es explotable para poder iniciar una actividad que sea muy compatible con nuestros ecosistemas que finalmente es lo que estamos tratando de obtener, la conservación de nuestros recursos naturales", explicó Enrique Madrigal, Presidente del Comisariado Ejidal del Ejido El Costeño.
Los ejidatarios construyeron el Centro de Visitantes del Llano del Berrendo, espacio desde el que promueven la cultura ambiental y montan exposiciones para generar conciencia sobre la impotancia de la preservación del berrendo peninsular.