Chilpancingo.— La Fiscalía General del Estado (FGE) de Guerrero presentó dos indicios para acusar al exencargado de la Secretaría de Seguridad Pública de Chilpancingo, Germán Reyes Reyes, como autor intelectual del asesinato del alcalde Alejandro Arcos Catalán.
El primero: un testigo que escuchó que el mando policiaco ordenó el crimen del edil y el segundo, la geolocalización de los celulares de Arcos Catalán y Reyes, que coincidieron en el municipio de Quechultenango el pasado 6 de octubre.
Con el testigo, la fiscalía tiene un problema: está muerto.
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Germán Reyes Reyes fue detenido el pasado martes en las instalaciones de la Secretaría de Seguridad Pública municipal para cumplir con una orden de aprehensión en su contra.
El exfuncionario es acusado de homicidio calificado en el caso del asesinato del alcalde Arcos Catalán, ocurrido el 6 de octubre.
La audiencia inicial inició la noche del martes y duró más de 12 horas. En un receso, el mando policiaco aseguró que era inocente y que su detención era un asunto “totalmente político”.
La jueza ordenó prisión preventiva como medida cautelar contra el mando policial y el próximo lunes se realizará otra audiencia para determinar si se le vincula a proceso.
Las pruebas de la fiscalía
Una fuente cercana a la investigación expuso que el testigo que presentó la fiscalía como prueba era un comerciante que supuestamente escuchó una conversación en la que Marco Antonio Osorio Castrejón, alias El Michoacano, dijo a otras dos personas que Reyes Reyes fue quien ordenó el asesinato.
A Osorio Castrejón la FGE lo identifica como integrante de Los Ardillos y hay una orden de aprehensión en su contra. Esa fuente precisó que el comerciante se presentó por su voluntad a declarar ante la fiscalía el 29 de octubre. En su declaración dijo que El Michoacano y los otros hombres lo extorsionaron y golpearon.
El testigo fue hallado muerto el 6 de noviembre: “Es muy probable que lo haya asesinado unos días después de que declaró, porque su cadáver llevaba cinco días”, explicó la fuente.
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Precisó que la fiscalía, para culpar al mando militar, presentó un estudio tecnológico de los celulares, en el cual se detectó que el 6 de octubre el móvil del alcalde Arcos Catalán hizo un recorrido que pasó por la comunidad de Petaquillas y los municipios de Quechultenango y de Mochitlán, la localidad de El Durazno, la comunidad El Troncón, en Tixtla, pasó por la cabecera municipal y tomó la carretera federal Chilpancingo-Tlapa, hasta llegar a la calle Moctezuma, de la colonia Villa del Roble, donde fue encontrado el cuerpo dentro de un vehículo, con la cabeza en el toldo.
La fuente explicó que también se detectó el celular de Reyes Reyes en Quechultenango ese mismo día. El acusado negó haber estado cerca de Arcos Catalán ese día y que cuando se reportó el hallazgo del cadáver él estaba en un restaurante en el Parador del Marqués.