La Paz.— Con dos casos en el mes de junio, Baja California Sur es la entidad con menos víctimas de homicidios dolosos del país, según el registro del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
Según las cifras publicadas, Baja California Sur y Yucatán son las dos entidades con la cifra más baja en homicidios y contrasta con el registro de 272 del vecino estado norteño de Baja California.
Incluso, la estadística de la organización Semáforo Delictivo ubicó a la entidad con la reducción más alta (de 61%) en el número de homicidios durante el primer semestre de 2019.
Pero no siempre fue así, Baja California Sur enfrentó desde finales de julio de 2014 un repunte en el número de homicidios dolosos, producto de pugnas entre la delincuencia organizada, que llevó a pasar de una tasa de seis homicidios por cada 100 mil habitantes, en 2009, a 100 por cada 100 mil, en 2017.
El 2017 estuvo marcado por los homicidios del periodista Maximino Rodríguez y el ómbudsman local, Silvestre de la Toba Camacho. Ambos hechos cimbraron aún más a la entidad, que llevaba tres años violentos, con balaceras en plazas públicas, levantones, ejecuciones en pleno día y narcomantas.
El secretario de Gobierno y vocero del Grupo de Coordinación en Seguridad, Álvaro de la Peña Angulo, dijo que la implementación de una estrategia de coordinación interinstitucional, con Fuerzas Armadas y municipios hizo posible que a partir de 2018 se comenzara a percibir la reducción de la violencia de alto impacto en la entidad, hasta en 90%.
Para enfrentar el problema, dijo, el gobierno de BCS le apostó a una mayor presencia de las fuerzas federales, la coordinación, depuración y capacitación de elementos.
Otro repunte. No todas las cifras han sido positivas. Santiago Roel, director de Semáforo Delictivo, destacó el trabajo en BCS, pero señaló que si bien la entidad ha reducido el número de homicidios y de robo de vehículos, mantiene focos “rojos” en delitos sociofamiliares, como violencia intrafamiliar, violación y lesiones dolosas.
Entrevistado por EL UNIVERSAL, expuso que ha ocurrido que cuando los estados dejan de tener un problema relacionado con el crimen organizado repuntan este tipo de delitos, pues antes la población estaba atemorizada para denunciar, y por ello es muy importante —dijo— que se realicen mesas públicas, con integrantes de la sociedad civil, empresarios, funcionarios, líderes de colonias, entre otros actores sociales.
“Es muy importante focalizar, conocer los datos con precisión de dónde están repuntando estos delitos y la participación social. Hay que ventilar la herida y sanar la herida en público”, puntualizó.