También adelantó que, si aún había hogares sin agua, podría tratarse de problemas con las tuberías que tendrían que arreglarse.
“El día de hoy tendremos el agua ya lista. Le pedimos a la empresa que ejecutó la obra que se quede de 10 a 15 días más, vigilando que la cometida eléctrica, los paneles solares estén funcionando correctamente, lo que queremos es que no haya más días que la comunidad no tenga agua, y donde no haya habrá que revisar, a lo mejor sus tuberías están dañadas”, declaró.
Eso es precisamente lo que se indaga en Ayutla, pues los habitantes afirman que la falta del líquido se debe a no se terminó el tendido eléctrico y por tanto aún no comienza por completo el funcionamiento del pozo. Como respuesta, han comenzado un recorrido para saber cuáles son los hogares a los que aún no llegó el agua y las nuevas autoridades subieron al lugar de las obras.
Pero esa sólo es una de las dudas, también se teme que, en tiempos de sequía, los meses de marzo y abril, el agua del pozo no alcance para la sed de todo un pueblo, sobre todo, argumentan, porque, aunque el nivel bajaba bastante, nunca sufrieron de falta de agua cuando tenían acceso a su manantial.
“El nivel baja bastante cuando es marzo o abril, mi preocupación es ¿va a ver agua en ese pozo para ese tiempo? Ahorita gracias a Dios hay agua, porque está lloviendo, pero el día de mañana mi preocupación es esa, porque en marzo, abril, mayo y junio el agua escasea más”, increpó Magnolia Flores al titular de la Comisión aquel 30 de diciembre.
Comerciante del mercado municipal, la mujer reconoció que, en su negocio, el agua por fin estaba saliendo de la llave, pero su temor, repetía, es si la sed volvería en los meses de sequía.
De acuerdo con Guilebaldo Mijangos Calvo, director de Infraestructura de la CEA, el pozo recién inaugurado produce 4 litros de agua por segundo, flujo que pude bajar en temporada de secas, pero se trata de algo que pasa en todos los pozos.
Con 31 años de experiencia trabajando en temas de agua potable, el funcionario asegura que en el caso del pozo de Ayutla por el momento aún se está en fase preliminar para verificar que el líquido llegue a las viviendas, pero agrega que incluso en el estiaje se garantizaría el abasto, pues se cuenta con vareadores de frecuencia para regular las posibles alteraciones de capacidad de producción del pozo.
“Si en estiaje llegará a mermar a 3 litros, aun así le vamos a poder dar agua a mil 500 personas cada tercer día”, asegura.
Pese a ello, a Magnolia las dudas no la abandonan y la respuesta la sabe más bien a promesa.
La exigencia de “Agua para Ayutla ya”, que dio visibilidad al reclamo de esta población a nivel nacional y por el cual se emitieron medidas cautelares a favor de la comunidad de parte de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) es también el reclamo de ser reconectados a su manantial que les fue despojado desde el 5 de junio de 2017, por un grupo armado de Tamazulápam del Espíritu Santo, localidad vecina.
Aunque existe una sentencia de un juez federal ordenando la reconexión al Gobierno de Oaxaca, al ayuntamiento de Tamazulápam y a las comisiones del agua estatal y nacional, las otras dudas que persisten entre los pobladores de Ayutla es precisamente cuándo se daría la reconexión.
El día del evento, por ejemplo, una mujer de la tercera edad gritó desde el segundo piso de la cancha municipal: No queremos simulaciones, queremos reconexión”, y acusó que los asistentes al acto oficial era un grupo de simpatizantes y acarreados priistas.
Además, por las calles del pueblo, en la entrada del Palacio Municipal y junto a la Catedral, aun se observan los testimonios de este reclamo. “La comunidad de San Pedro y San Pablo Ayutla Mixe Ejecute la sentencia de reconexión del agua del manantial”, se lee en lonas.
Una comerciante de la comunidad explica que nadie en Ayutla está en contra del pozo, pero que no están dispuestos a que con ello se olvide su reclamo de dignidad.
Incluso, señala, podría tratarse de algo positivo, pues si la obra funciona, la comunidad que los despojó del manantial dejaría de tener al agua como rehén y ya no podría presionarlos para que acepten ceder las 150 hectáreas de tierra que les arrebataron.
No obstante, repite, la exigencia es la reconexión al manantial.
Aunque Héctor Pablo Ramírez Puga ha asegurado que el pozo sólo es una alternativa para atender la crisis del agua y que el tema de la reconexión continúa su propio proceso en mesas jurídicas, en la población se pregunta si algún día recuperarán el manantial que siempre fue suyo.
“El agua es fuente de vida, parte de nuestra identidad y vínculo con nuestra madre naturaleza. No se vende, no se negocia, y no se intercambia”, dicen los mensajes colgados en edificios públicos de la comunidad.