Chuburna Puerto.— “Rezarle a Dios es de todos los días, pero ahora que hubo tanto mal tiempo, con mayor razón”, comenta Benjamín Uicab Pech, pescador y quien fue uno de los más afectados con la inactividad de casi 50 días que se vivió en el litoral yucateco por el mal tiempo.

Don Benjamín ha sido pescador por más de 40 años, oficio que aprendió de su padre, don Catalino y, a pesar de su conocimiento y amor por ese trabajo, asegura que en esta ocasión se las vio muy difíciles para sacar adelante a sus tres hijos y su esposa, Lizbeth Tzab.

El pescador cuenta que con la emergencia sanitaria la situación comenzó a complicarse porque no podían salir a pescar. “Todo está muy caro; aunque el precio del pulpo y el mero estuvo bien, no pudimos salir a pescar”, lamenta.

Don Benjamín explica que también ofrece viajes de paseo en su pequeña embarcación, pero dice que hasta ese mercado está reducido, pues no hay muchos turistas y visitantes en los puertos del litoral yucateco.

El hombre de 57 años afirma que, a pesar de que el gobierno del estado les dio algunas despensas y apoyos, no fueron suficientes, pues “todo está muy caro”.

Don Benja, como le conocen en su natal Chuburná Puerto —ubicado a 60 kilómetros de Mérida— indica que la mayoría de los pescadores de la franja costera depende de la actividad diaria, viven al día.

“Tenemos embarcaciones pequeñas, no podemos ir más de un día a pescar: salimos muy temprano y regresamos por la tarde”, detalla.

“El mero es un producto bien pagado, pero ahora ya se alejó mucho; hay que ir sobre 10 brazas para capturar buen marisco y de buen tamaño. La pesca del pulpo se cayó; la de langosta fue muy baja y del mero apenas si se pudo capturar”, detalla sobre su actividad.

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