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La Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), la Comisión Nacional de los Derechos Humanos(CNDH) y la Organización de las Naciones Unidas (ONU) encontraron que en la agresión ejercida por la policía de Aguascalientes en contra de normalistas de Michoacán, el 9 de junio pasado, se siguió un mecanismo similar al utilizado en la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
El presidente de la CEDH, Jesús Eduardo Martín Jáuregui, señaló que la represión contra los estudiantes michoacanos ocurrió sin que los jóvenes hubieran desplegado alguna conducta agresiva.En esa ocasión, los normalistas volvían a su tierra después de haber acompañado a las alumnas de la Normal Rural de Cañada Honda, Aguascalientes, en algunas manifestaciones. En la salida de la entidad policías antimotines los interceptaron, los bajaron de las unidades y comenzaron a perseguirlos a pedradas.
Dijo que terminado el análisis la CNDH estableció que “se configura plenamente en el caso de los normalistas la intervención violenta de la policía, que ocurrió sin que mediara una agresión por parte de los muchachos —de la Escuela Normal de Tiripetío—, no tenemos documentado que hayan traído armas, piedras, pero sí tenemos documentado que hubo una persecución policíaca que culminó con golpes”.
Martín Jáuregui comentó que en una reunión con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en México, Jan Jarab, le expresó que en el caso de los normalistas de Michoacán se podría configurar “desaparición forzada” porque mandos medios de la corporación negaron tenerlos detenidos cuando hay constancias de la detención.