Villa Unión.—Narcedalia Padrón Arizpe, alcaldesa de este municipio de 5 mil habitantes que sufrió hace casi un año un ataque de presuntos miembros del Cártel del Noreste, asegura que nunca pensó en renunciar.
“Jamás pasó por mi mente renunciar”, comenta en entrevista para EL UNIVERSAL. Recalca que había tomado una decisión desde que la ciudadanía le había dado su confianza.
“No iba a dejar el barco tirado con mis compañeros del municipio. Sabía que estaba al frente de todos los trabajadores y cumpliré mi compromiso hasta el día último”, señala.
El sábado 30 de noviembre de 2019, pasadas las 11 de la mañana, 25 camionetas con unos 130 pistoleros entraron por las brechas del desierto coahuilense hasta el municipio de Villa Unión.
Se apostaron frente a la presidencia municipal y dispararon a matar. Además, tenían la intención de quemar el lugar y mandar un mensaje a las autoridades, según contó hace un año el gobernador de Coahuila, Miguel Riquelme Solís.
Unos minutos antes del ataque, la alcaldesa había salido de la presidencia para ir a su casa y buscar un oficio. Quedó a media cuadra cuando se soltaron los balazos y miró de frente.
“Fue aterrador ver aquello. Les empecé a hablar a mis compañeros que estaban dentro y nadie me contestó”, platica.
Cerca de las cuatro de la tarde recorrió el municipio y miró la presidencia llena de agujeros de tanto disparo; las patrullas quemadas, las casas y comercios con las fachadas y ventanas rotas por las balas. Al final, contabilizaron 150 viviendas dañadas.
La presidenta reconoció la reacción y el apoyo del gobernador Miguel Riquelme Solís y la Guardia Nacional: “Nos apoyó con la remodelación de la presidencia y nos ayudaron con todos los destrozos. Si no hubiera sido por los apoyos del gobierno estatal y federal no sé qué hubiera pasado en el municipio”, añade.
El ataque desató un enfrentamiento con policías estatales, el Ejército y la Guardia Nacional, el cual dejó más de 20 muertos, entre ellos cuatro uniformados y dos civiles. Por la noche, la Guardia le enseñó fotografías y miró a sus compañeros asesinados.
La alcaldesa de Villa Unión comenta que le molestaron mucho los rumores sobre su persona porque ninguno fue cierto.
Narcedalia Padrón relata que estuvo internada por estrés; tuvo un espasmo cerebral que la llevó a caer en un coma inducido.
“Se rumoró que ya había huido a Estados Unidos y jamás había ido. Y se dijo que ya no estaba capacitada para seguir en la administración. Gracias a Dios mi recuperación fue rápida, y antes del último diciembre ya estaba en funciones”, comenta.
Sin embargo, reconoce que este episodio quedará marcado en su vida y en la de los habitantes de Villa Unión. “Quizá lo dejaremos en el pasado, pero no se olvida. Esto va a quedar para la historia de Villa Unión”.
Narcedalia Padrón cuenta que en un inicio la gente llegaba al municipio para mirar lo que había pasado, pero cree que poco a poco han recuperado la imagen de la zona y afirma que están listos para recibir al turismo.
Niega que algunos habitantes hayan optado por huir del lugar. Lo que sí han notado es la escasa visita de personas de Estados Unidos, ya sea paisanos o gente de Villa Unión que vive del otro lado del río Bravo, a 60 kilómetros del municipio, pero que tienen en el pueblo sus casas.
Para Padrón Arizpe, el municipio se recuperó rápido y hoy está en calma. Eso sí, su administración prohibió la detonación de cohetes y pirotecnia, ya que, detalla, todavía los ruidos de ese tipo no se olvidan y ponen en alerta a la gente.