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Hermosillo
Las estancias para adultos mayores no siempre son los sitios abandonados para terminar los días. En los estados del país se han convertido en una opción donde las personas de la tercera edad tienen un espacio para convivir con otras personas, y realizar actividades deportivas y culturales.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) define el envejecimiento de la población como consecuencia de la evolución de los componentes del cambio demográfico (fecundidad y mortalidad); es decir, es el aumento progresivo de la proporción de las personas de 60 años y más, con respecto a la población total.
La Encuesta Intercensal del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) de 2015 señala que en México residen 119.5 millones de personas: 51.4% son mujeres y 48.6% son hombres. El 10.4% es mayor de 60 años, 12.4 millones de personas.
En 2014, del total de adultos mayores (60 años y más) 26% tiene discapacidad y 36.1% posee alguna limitación. La Encuesta Intercensal respecto a 1990 observa un aumento de 4.2 puntos porcentuales.
De acuerdo con las proyecciones del Consejo Nacional de Población (Conapo), para el 2030 el porcentaje de adultos mayores será de 20.4 millones, lo que representará 14.8%. Con el aumento de esta población se incrementa la demanda de servicios relacionados con la salud, vivienda, pensiones y espacios urbanos que faciliten el tránsito de estas personas.
Alojamiento. En México existen mil 20 casas de asistencia para las personas de las tercera edad, en las cuales habitan 22 mil 611, de acuerdo con el Censo de Alojamientos de Asistencia Social del Inegi realizado en 2015.
La finalidad de estos centros es principalmente brindar protección física y mental a los adultos mayores que no pueden valerse por sí mismos o cuando sus familiares no pueden darles una atención integral.
La entidad con mayor número de estancias de alojamiento es la Ciudad de México con 160, seguida de Jalisco con 142, Chihuahua con 77, Nuevo León con 75 y Baja California con 45. En cambio, las que tienen menos centros de alojamiento para adultos mayores son Quintana Roo y Baja California Sur con cuatro cada uno, Tabasco con cinco, Oaxaca con seis e Hidalgo con ocho. En cuanto a las entidades donde hay mayor número de usuarios de las estancias, de acuerdo con el Inegi, destacan Jalisco, donde están albergadas dos mil 703 personas; en Nuevo León, mil 842; en Chihuahua, mil 521; en Baja California, mil 42, y Veracruz con 876 personas de la tercera edad. La Ciudad de México posee el mayor número: cuatro mil 298 adultos mayores.
Nunca es tarde. Datos de la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (Enadid) 2014 señalan que del total de adultos mayores, 26% tiene alguna discapacidad y 36.1% posee alguna limitación. En los primeros, los tipos de discapacidades más reportados son: caminar, subir y bajar usando sus piernas (64.7%); ver, aunque use lentes, (41.4%) y escuchar, aunque usen aparatos auditivos, (25.9%).
Mientras que en la población con limitación, caminar, subir y bajar usando sus piernas (55.4%) y ver, aunque use lentes, (54.5%) son las actividades con limitaciones más declaradas.
Frente a este panorama, hay casos como el de Virgilio Arteaga González, quien busca que otros adultos mayores como él sigan emprendiendo diversas actividades.
Cuando consideraron que su vida útil había terminado y, prácticamente, lo corrieron como catedrático de la Universidad de Sonora y del Tec de Monterrey, al no darle carga de trabajo, Arteaga González emprendió un programa de capacitación para los adultos mayores.
Hace 20 años conformó la Asociación Civil Abuelos Trabajando y hoy en día tiene una escuela en la cual —a lo largo de este tiempo— ha capacitado a más de 15 mil adultos mayores, principalmente en computación, porque fueron sorprendidos por la tecnología y las oportunidades de trabajo, para este sector de la población quedaron reducidas.
Arteaga González, de 75 años de edad, tiene licenciatura en Contaduría Pública, Sociología y un diplomado en Gerontología; empezó su proyecto en 1986, ante las dificultades que empezó a vivir.
En entrevista con EL UNIVERSAL, lamentó que los adultos mayores no puedan vivir una vejez digna, pues la pensión universal que otorga el gobierno federal a los que tienen 65 años y más es de mil 160 pesos bimestrales, 580 pesos al mes (19.3 pesos diarios); en el estado de Sonora, a los que se encuentran entre los 60 y 64 años de edad les otorgan 500 pesos cada seis meses (2.73 pesos diarios).
Virgilio es un activista incansable que busca oportunidades de trabajo para los abuelos, pues en países desarrollados les dan trabajos de cuatro, seis y hasta ocho horas, por lo que consideró que se debe elevar a rango constitucional que las empresas reciban un incentivo fiscal, deducible de impuesto, el pago por adulto mayor contratado.
Para Arteaga González, los adultos mayores deben tener una vejez digna, activa y saludable, por lo que en vez de meterlos a un asilo, se les debe capacitar en empleo y en estudio. “En Estados Unidos hay 800 universidades de la tercera edad, mientras en México sólo dos”, dijo.
En la Escuela Abuelos Trabajando se incluye en la capacitación a personas de 50 años y más que buscan superarse con los cursos de inglés, auxiliar de enfermería digital, oficinista moderna, auxiliar contable de Excel, abuelos educadores, redes sociales y auxiliares en fisioterapia, todos validados por la Secretaría de Educación y Cultura.