San Cristóbal de las Casas, Chis.- El 23 de noviembre, minutos antes de las 14:00 horas, el mecánico Urbano Gaspar Aguilar Díaz, uno de los siete desaparecidos en el municipio de Emiliano Zapata, le escribió por WhatsApp a uno de sus colegas, que se encontraba en San Cristóbal de las Casas, para decirle que necesitaba una cadena para el motor de una camioneta Ford que arreglaba en un rancho ubicado a unos 10 kilómetros de Acala. “Aquí estoy”, escribió a las 13:01 horas de ese día.
Como lo había acordado, un día antes, Magdalena del Carmen Martínez Ballinas, (una de las siete personas desaparecidas) dueña de un negocio cercano al mercado José Castillo Tielemans llegó al taller de Urbano Gaspar, en la colonia Corral de Piedra, para viajar a la comunidad 20 de Noviembre, del municipio de Emiliano Zapata, a 38 kilómetros de Tuxtla.
Eran las 06:00, cuando la mujer pasó a la casa del mecánico, que también funciona como taller. De ahí se trasladaron al taller de torno, en el barrio de San Ramón, donde recogieron un motor de vehículo. Tres eran las personas que acompañaron al mecánico.
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Martha Zúñiga Álvarez, esposa del mecánico, supo que su cónyuge había estado en el taller de torno en la mañana del 22 de noviembre.
Hasta el momento, la esposa del señor Urbano desconoce cuándo fue el momento en su pareja se reunió con las demás personas y desaparecen. Testigos informaron que fueron vistos a bordo de una camioneta Suburban. “La señora (Martínez) contrató una Suburban para que hicieran el viaje, pero (lo) que no entiendo (es) por qué aparecieron las otras personas (con mi esposo)”, dice.
Cuando Urbano Gaspar ya no respondió a las llamadas de teléfono, Martha supo que el 23 de noviembre le había escrito a otro mecánico de San Cristóbal, identificado como Ricardo, para suplicarle que le consiguiera una pieza del motor de la camioneta Ford.
“Reventó (la cadena) de la camioneta Ford”, comentó por WhatsApp. Calculó que la casa donde se encontraba se ubicaba a 10 kilómetros de Acala, es decir al oriente de la comunidad 20 de Noviembre, donde fueron vistos los siete desaparecidos a bordo de la Suburban.
El Fiscal de Chiapas, Jorge Luis Llaven Abarca, reveló que catearon un rancho donde habían sido llevadas las siete personas, caso por el que han sido detenidos dos elementos de la Policía. “En el caso particular, en Emiliano Zapata se logró el hallazgo de diversos fragmentos de restos óseos”, dijo.
Hace una semana se enviaron a un laboratorio de Ciudad de México, muestras de lo hallado, pero el Ministerio Público está en espera de los resultados de las pruebas de ADN.
Uno de los policías detenidos ha dicho que las personas después de haber sido asesinadas, fueron quemadas con diésel. “Hay fragmentos (de osamentas). No se puede determinar en este momento, (porque) no tenemos la respuesta de los peritos forenses, para poder determinar cuántos cuerpos puede corresponder por la cantidad de huesos”, explicó.
El cateo en la propiedad de Emiliano Zapata, se llevó a cabo el 15 de diciembre. Una hermana del mecánico Urbano Gaspar y familiares de los otros desaparecidos, les han tomado pruebas de sangre, que han sido enviadas a laboratorio.
La desaparición de Urbano Gaspar, de 65 años de edad, trastornó la vida de su esposa Martha, porque ahora ella no tiene dinero para sostener la casa, que renta por mil 800 pesos al mes, que también es usada como taller mecánico.
No tiene recursos para la alimentación de su hija adolescente de 12 años, que estudia el primer año de secundaria. No hizo cena de Noche Buena, pero tampoco compró regalos. Martha describe a su esposo, como un hombre trabajador, que le gustaba el café y el cigarro.
“Le gusta mucho estar fumando y tomando café. No podía estar en el frío. Está enfermo”, cuenta. Cuando supo del hallazgo de las osamentas, llamó a la Fiscalía, donde le proporcionaron un número de teléfono de una funcionaria, pero para que le tomen la llamada, debe insistir varias veces.
Una funcionaria con la que habló el 23 de diciembre, le dijo que podía darle información, hasta el día 26 de diciembre, día que regresaría a su oficina. “Yo quiero saber cuántos cuerpos encontraron”, dijo.
Desde antes de que el Ministerio Público realizara el cateo en el rancho, Martha había hecho su propia investigación y sabía de la ubicación del rancho, donde pudo estar cautivo su esposo.
Con datos de lugareños, supo que la propiedad estaba cerca de un río, entre los municipios de Emiliano Zapata y Acala. “En la Fiscalía me han dicho que hay dos detenidos”, explica. “Tengo esperanza de encontrar con vida mi esposo. Él está muy enfermo. Lo que me han dicho es que en el cuarto donde pudieron estar cautivos los siete, los peritos hallaron identificaciones, tarjetas bancarias”, dice.
“Cuando hablé con la licenciada me dijo que me habían encontrado unos cuerpos. Que aún faltan otros. Me pidió que yo esperara. Que habían mandado restos a Ciudad de México, pero ya no se les cree lo que dicen”, sostiene desesperada.
Además de Urbano Gaspar, otros desaparecidos desde el 23 de noviembre, cuando la Fiscalía emitió ficha de búsqueda son: Ciria Mariselda González Gabriel, 48 años; Rosario del Carmen Chulín Hernández, de 39 años; Luis García Hidalgo, 45 años; Emanuel GC, de 12 años; Magdalena del Carmen Martínez Ballinas, de 41 años; y Patricia Rodríguez Sántiz, de 35 años.
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