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Chilpancingo.— El grupo armado que asesinó al paramédico de la Cruz Roja y a los tres policías estatales el pasado domingo en San Juan Tenería, Taxco, es el mismo que mató a dos sacerdotes en la carretera federal Iguala-Taxco en febrero de este año, informó el gobernador Héctor Astudillo Flores.
El mandatario dijo que ambos crímenes fueron encabezados por los presuntos líderes delictivos apodados El Pelón y El Fierro, quienes están identificados y cuentan con órdenes de aprehensión.
Sin embargo, señaló que la capacidad operativa de su gobierno está superada y que la Subprocuraduría Especializada en Investigación en Delincuencia Organizada (SEIDO) debe colaborar en el caso del asesinato del paramédico de la Cruz Roja y los agentes.
La mañana del domingo, cuando brigadistas de la Cruz Roja entregaban ayuda humanitaria —despensas, cobertores y ropa—, llegaron 20 hombres armados en cinco camionetas, estaban vestidos con ropa tipo militar.
De inmediato, la tropa disparó contra la patrulla de la policía estatal y las camionetas de redilas de la Cruz Roja, además de atacar a los pobladores.
En el atentado murieron tres policías estatales y el paramédico de la Cruz Roja; nueve personas más fueron heridas.
Los policías estatales asesinados fueron identificados como Lucio “N”, Iginio “N” y Rogoberto “N”. Mientras que el paramédico fue identificado como Alejandro “N”.
Un primer crímen. Astudillo Flores afirmó que el grupo armado que atacó a la brigada es el mismo que asesinó el 5 de febrero a los sacerdotes Iván Añorve y Germaín Muñiz García, cuando viajaban en la carretera federal Taxco-Iguala.
Los dos clérigos se trasladaban junto con cuatro personas más, que resultaron heridas.
De acuerdo con el reporte policiaco, alrededor de las 3:57 horas de ese día, se recibió un aviso de que en la carretera federal Taxco-Iguala, a la altura del punto conocido como La curva iguana, se encontraba una camioneta Toyota color blanca con impactos de balas.
Según la fiscalía, los sacerdotes y sus acompañantes habían estado en la comunidad de Juliantla e iban de regreso a sus lugares de origen, cuando a la altura de una gasolinera un auto les cerró el pasó y de inmediato les dispararon.