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Puebla.— Un grupo armado asesinó al activista y líder indígena Leonel Díaz Urbano, que estaba en contra de la construcción de una hidroeléctrica en la comunidad de San Juan Tahitic, en Puebla.
De acuerdo con las primeras versiones, varios hombres entraron a la casa del activista durante la madrugada del viernes, perpetraron el asesinato y huyeron sin que las autoridades los hayan localizado hasta el momento.
Díaz Urbano fue partícipe de la lucha continua para frenar la instalación de una hidroeléctrica en Tahitic, ya que, según los activistas, traería destrozos para los pueblos indígenas y a las tierras circundantes por el desvío del cauce del río Apulco.
Hasta ayer, las autoridades de la entidad no han hecho ningún pronunciamiento al respecto.
Los candidatos al gobierno del estado, Enrique Cárdenas, por el Partido Acción Nacional (PAN), y Alberto Jiménez Merino, del Partido Revolucionario Istitucional (PRI), lamentaron la muerte de Díaz Urbano, condenaron la violencia en el país y los peligros a los que se someten los defensores de derechos humanos.
En tanto, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) condenó el homicidio del activista y expresó condolencias a a sus familiares.
Solicitó al gobierno de la entidad la implementación de medidas cautelares para salvaguardar la protección de los derechos a la vida, integridad personal y seguridad en favor de los familiares de la víctima.
Además, pidió extender dichas medidas a los pobladores de San Juan Tahitic y demandó a las autoridades una indagación amplia, exhaustiva y profesional de este homicidio, sin omitir líneas de investigación.
En los últimos cinco años, la sierra de Puebla ha sido el escenario de tres asesinatos a activistas; mientras que más de 40 defensores de derechos humanos han sido asesinados en México desde 2006, de acuerdo con cifras de la CNDH.
