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Monterrey.- Rogelio Cabrera López , arzobispo de esta ciudad, apoyó la reforma a Ley Estatal de Salud que permite a médicos y personal de enfermería del sector público su derecho a la objeción de conciencia ; pero consideró necesario que escuchando la voz de la población, atendiendo el
, se revise la redacción para que no haya ninguna duda y nadie abuse de la ley, pues de lo que se trata es que se respeten los derechos de todos.
El también presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) expuso que la reforma al artículo 48 de la Ley Estatal de Salud permite que un médico no sea obligado por el Estado a participar en procedimientos que vayan contra su ética profesional o personal; “se refiere a los procedimientos solicitados y no sobre las personas que lo solicitan, pues un médico nunca puede dejar que alguien corra riesgo de su vida, ya que los médicos no objetarían en caso de riesgo grave para la vida de un paciente.
Agregó que la objeción de conciencia es un derecho consagrado universalmente. “Yo creo que a veces el problema es cómo se entiende y cómo se pone en práctica, y es que los médicos, las enfermeras y enfermeros tienen derecho a que se les respeten sus convicciones morales, personales y de tipo espiritual, pero nunca en detrimento ni en desprecio de nadie".
Señaló que a veces algunos dicen que la objeción de conciencia es un desprecio para quienes tienen otra orientación sexual, pero eso me parece equivocado, ninguna ley puede ser despreciativa de algún sector de la sociedad, he dicho que es necesario que siempre se ponga por delante y se tenga en cuenta la salud y el riesgo de la vida que pueden tener las personas, pues un médico, una enfermera nunca puede dejar a un enfermo en riesgo de perder la vida.
“Yo sé que la ley tiene también que ser afinada”, dijo Cabrera López quien consideró sana toda la discusión que se ha dado a favor y en contra de la reforma, “porque es bueno que la sociedad diga lo que piensa y también se inconforme de acuerdo a sus propias convicciones”.
Ahora corresponde al Congreso recibir los ecos de la sociedad y también la respuesta que hace el Ejecutivo, porque corresponde al gobernador garantizar la oportunidad de esta ley, pero para eso hay que escuchar a todas las partes, insistió el arzobispo.
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“Tenemos que entender que vivimos en un mundo democrático donde mayorías y minorías necesitan ser escuchadas, y que al final el respeto a los derechos de cada uno tienen que ser muy claros, tiene que haber siempre esas sanas decisiones salomónicas donde nadie pierda y que para todos sea un camino correcto”, puntualizó.
Ante el hecho de que ya ocurrían situaciones de discriminación en el servicio médico, antes de la reforma a la Ley Estatal de Salud, el arzobispo señaló que las autoridades médicas deben ser muy exigentes en el trato respetuoso que merecen todos.
Por su condición social a los más pobres tienen que tratarlos como lo merecen, a los que son de distintas raza, a los pueblos indígenas, la gente que no es de nuestro país también tiene ser tratada con mucho respeto y esmero; pero también respetar mucho las convicciones personales de cada quien.
“México necesita caminar en el dialogo respetuoso y ninguna voz tiene que ser callada, todos tienen derecho a expresarse y las leyes deben distribuir correctamente los derechos que cada uno tiene, que cada quien en sus convicciones tenga su oportunidad de salir adelante”, declaró Cabrera López.
Pero también los médicos, las enfermeras, conforme a todo ese movimiento internacional que parte del derecho que todos tenemos a la propia religión, a la propia conciencia y las propias decisiones, deben ser tomados en cuenta, pero nunca para dañar o lacerar a ninguna persona, pues la promesa de todo médico y enfermera es defender la vida.
Por lo anterior insistió, a fin de atender las inconformidades que ocasionó la reforma, el Congreso deberá realizar aclaraciones o normas secundarias “para que no haya ninguna duda y nadie abuse de la ley”.
Es decir, asentó, que se revisen todos los detalles para que no hay malos entendidos, pero “siempre apoyaremos el derecho que tienen los médicos y las enfermeras a la objeción de conciencia, siempre que haya un dialogo muy claro y respetuoso, para que nadie deje de ser atendido en los hospitales.
afcl