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estados@eluniversal.com.mx
Mujeres artesanas agrupadas en la Casa de las Artesanías Manos Mágicas, de este municipio, enfrentan el conflicto de no poder colocar a buen precio en el mercado las prendas que elaboran como blusas, huipiles, ternos, bolsas y objetos de barro, todos ellos con bordados a mano.
A diferencia de otras artesanas, quienes mediante un prestigiado diseñador posicionaron sus productos a nivel internacional, apenas concurren a los mercados locales y regionales para poderse sostenerse.
Aseguran estar enteradas de la compra de bordados que hizo el diseñador francés Louboutiny muestran entusiasmo ante la posibilidad de que ellas puedan ser beneficiadas.
“Ojalá nos voltearan a ver, gente como Cristhian Louboutin, que compró a buen precio los bordados de otras artesanas de Maxcanú, [cuyos bolsos se vendieron en Europa a 27 mil pesos cada uno] a nosotros nadie nos ha apoyado”, afirma Rosa Elena Basto Collí, de 41 años, quien forma parte del grupo de 54 artesanas.
Otra más, Zenáida González, subraya que ni el ayuntamiento de Tekax, ni el gobierno del estado, ni el federal les ha dado ningún apoyo y mucho menos les ha ayudado a buscar mercados internacionales. “Juntamos y viajamos a Cancún, Tabasco y Veracruz, es lo más que hemos logrado”, afirma la mujer.
Martha Hernández Peralta y Patricia Yolanda Sandoval Arcienaga cuentan que muchas de sus prendas se acumulan y tienen que “abaratar” sus precios con tal de vender.
“Hay que vender”. “Un terno totalmente bordado cuesta entre 5 y 6 mil pesos, lo vendemos en 4 mil, y un huipil de 2 mil pesos a veces lo damos a mil. Tenemos que comer, hay que vender cómo se pueda”, señalan.
Las mujeres sostienen su hogar con la venta de las artesanías, por lo que por momentos se desesperan y son víctimas del intermediarismo.
“Nos compran los bordados en 150 pesos y los venden a 500 pesos, otras a 800 y los comercializan en 2 mil, lo sabemos, pero no tenemos transporte ni financiamiento para colocar el trabajo por sí mismo”.
Sandoval Arcienaga es de origen michoacano y desde hace 26 años vive en Yucatán, aprendió a confeccionar las manualidades y costura de prendas típicas.
La artesana explica a EL UNIVERSAL que debido a las dificultades para vender la ropa, también trabajan el petatillo y el barro.
Los cuellos de botella. La directora del Instituto para el Desarrollo de los Pueblos Mayas (Indemaya), Rosario Cetina, reconoce que parte del problema es la falta de mercados y los cuellos de botella que enfrentan por la falta de financiamiento y medios para distribución y comercialización.
La directora de la Casa de las Artesanías del gobierno del estado, Beatríz Peralta y Chacón, informó que artesanos yucatecos visitan museos y bibliotecas como parte de una estrategia que los ayude a recuperar técnicas ancestrales de elaboración de manualidades mayas, como mascarones, bordados, joyería de filigrana, cada vez son más escasos.
En el caso de las prendas de vestir, la funcionaria admitió que el gran problema es la falta de mercados nacionales y extranjeros.
Las mujeres de Manos Mágicas de Tekax esperan que alguna autoridad “nos mire y nos ayude a conseguir que diseñadores o comercializadoras extranjeras se interesen por nuestros bordados y prendas”. Sobre todo, explican las artesanas de la entidad, “evitando que nos abaraten precios sin tomar en cuenta el esfuerzo artesanal, el tiempo dedicado y la calidad, sobre todo eso”.