Huatulco.— Matilde González lleva 20 años vendiendo almejas, ostiones y callos en un puesto improvisado ubicado debajo de un árbol que le da sombra en la playa La Entrega, una de las más emblemáticas de Huatulco. Aun cuando es poca la afluencia de visitantes, agradece a Dios tener algunas ventas, pues para esta mujer la llegada de 30% de turistas es suficiente para sacar para la comida y la inversión del día siguiente.

El año pasado, Matilde no pudo vender nada en Semana Santa porque el gobierno estatal decidió el cierre por el Covid. Después de dos meses, comenzó con días intermitentes, así que esta temporada, confiesa la vendedora, es la fecha que esperaba para recuperarse.

Así como ella, los restauranteros establecidos, como Arturo Lara, dueño del restaurante Ve el mar, en Bahía Santa Cruz, agradecen el poco turismo que ha llegado.

“Esperábamos más, la verdad, pero la gente aún tiene miedo de salir, pero los pocos que tenemos, 36%, confían”, dice.

De todos los destinos de playa en Oaxaca, Huatulco es el único que tiene activado sus servicios turísticos hasta 70%, pues Puerto Escondido, Zipolite, Zicatela y Mazunte están entre 50% y 60%.

Fueron las familias quienes salvaron la economía de muchos otros comerciantes, pues llegaron en sus propios vehículos. Matilde, por ejemplo, la vendedora de La Entrega, cuenta que le sorprendió no ver a ningún autobús en todo el camino que lleva a la playa.

Ricardo Pacheco, regidor de Turismo del ayuntamiento de Huatulco, señala que en esta Semana Santa la ocupación hotelera estaba entre 36%, pero que aún esperaban que en los últimos días aumentará a 45%.

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