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justiciaysociedad@eluniversal.com.mx
Construir muros y barreras entre Estados Unidos y México no es una solución para combatir el consumo de drogas, afirmó la Arquidiócesis Primada de México.
“Donald Trump insiste en una ecuación sin resultados. Más muros no serán igual a la salud de millones de norteamericanos, que están creando una sociedad enferma y decadente”, subrayó la Arquidiócesis en el editorial de su semanario Desde la Fe.
Consideró que la respuesta contra “esta matanza americana”, está en el aprecio por la vida y la dignidad de cada persona sin distinción, “pero Trump no tiene ingenio para eso”.
En el texto se lamentan las declaraciones del presidente norteamericano por considerar a nuestro país como el responsable del tráfico de drogas y los efectos a niveles de emergencia en la población que sufre adicción a las más variadas sustancias ilegales.
Se argumenta que este mal se acentúa entre ambas naciones, “no sólo por la guerra de más de una década, que ha dejado miles de muertes, sino también por las víctimas, familias y personas cercanas a los adictos, quienes han soportado el drama descarnado de las adicciones y horrorosos decesos por el abuso de drogas”.
La Arquidiócesis encabezada por Norberto Rivera Carrera señala que Estados Unidos afronta una epidemia de particularmente por el abuso de narcóticos sintéticos opiáceos y heroína, dado que dos millones de personas son adictas a las primeras mientras que 600 mil consumen la segunda droga.
El editorial cita cifras del programa contra las drogas del Miami Needle Exchange las cuales revelaron un incremento de 100% de las muertes, entre 2014 y 2015, por el consumo de heroína y fentanilo, opiáceo más adictivo que ninguno otro usado para contrarrestar dolores sumamente intensos.
“Detrás de todo esto está un oscuro negocio con inauditas ganancias a costa de la vida humana.
Según algunos informativos, 10 gramos de fentanilo cuestan 400 dólares (7 mil 600 pesos aproximadamente); el adicto invierte 750 dólares (14 mil 300 pesos). Estas cuentas de muerte traen ganancias por 35 mil dólares semanales (665 mil pesos), se lee en el editorial, en el que se indica que las adicciones ya no tocan a pobres, hispanos o afroamericanos.
El problema de Trump está en el aumento de personas blancas adictas, lo que da una perspectiva racial que enfrenta Estados Unidos”.
Aunque el problema de las drogas no es nuevo, el artículo considera que Trump enfrenta una crisis de salud que rebasa su capacidad de respuesta efectiva, porque tiene las manos atadas. “Las soluciones no están en el muro fronterizo, ya que el país entero es poroso y vulnerable en su seguridad nacional y pública”.
La Iglesia reitera que insistir en que la sociedad americana dejará de consumir si se aisla al país, sólo es “placebo que agita las conciencias más críticas”.
Las autoridades eclesiásticas reconocen la responsabilidad de México “cuando la guerra contra las drogas ha pervertido más ese nefasto mercado, impactando aún más a nuestra sociedad, donde hay serios problemas de adicciones, aunque sin comparación con los del vecino país del norte”.