Ciudad Juárez.— A un año del asesinato de dos sacerdotes jesuitas, un guía de turistas y un joven en la comunidad de Cerocahui, en el municipio de Urique, las acciones por recuperar la seguridad y bienestar en la zona por parte del gobierno del estado han marcado un precedente.
Desde que ocurrieron los hechos, se ha atendido de manera integral a los habitantes de las comunidades con la estrategia denominada Juntos por la Sierra Tarahumara, asegura Enrique Rascón Carrillo, secretario de Pueblos y Comunidades Indígenas del gobierno estatal en entrevista con EL UNIVERSAL.
El funcionario explica que actualmente se está trabajando de la mano de las comunidades en esta zona de la Sierra Tarahumara, respetando su cultura, su forma de organización y de vivir.
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“Tuvieron que pasar 35 años desde la creación de la coordinadora de la Tarahumara, para que se elevara de rango a la Secretaría de Pueblos y Comunidades Indígenas, donde se genera un trabajo coordinado y una mesa permanente interinstitucional, instalando un gabinete específico para la zona serrana”, destaca el funcionario estatal.
A la par de ello, se ha tenido un diálogo permanente con la sociedad civil y con la comunidad católica, como lo es la Diócesis Tarahumara, con quienes se han realizado 12 reuniones para lograr crear una agenda común a un año del crimen en Cerocahui.
Dicha agenda, detalla Rascón Carrillo, se divide en cinco aristas: justicia y seguridad, desarrollo social, infraestructura y medio ambiente, desarrollo productivo de las comunidades y fortalecimiento a la cultura indígena.
Las acciones
En el tema de seguridad en toda la Sierra Tarahumara y específicamente en Cerocahui, abarcan los recorridos y la presencia permanente por parte de la Fiscalía General del Estado (FGE), así como de la Secretaría de Seguridad Pública Estatal (SSPE).
“La FGE y la SSPE han estado de manera permanente con operativos para pacificar la zona, los elementos de dichas corporaciones están de manera permanente, coordinados con los distintos niveles de gobierno y también está el generar acciones preventivas en distintas comunidades”, puntualiza el funcionario.
En el ámbito del desarrollo social, hasta la fecha, más de 25 mil estudiantes, niños y jóvenes de la zona serrana de más de 500 escuelas y 300 localidades, tienen acceso al alimento diariamente, para que puedan continuar con sus estudios, como parte de la estrategia conjunta con el DIF estatal y la Secretaría de Pueblos y Comunidades Indígenas.
Otra estrategia en la zona serrana son los Centros de Recuperación Nutricional y Albergue Materno (Cerenam), que en años pasados fueron cerrados, pero a la fecha nueve están ya trabajando en la zona serrana; cuatro de ellos se abrieron recientemente en algunas comunidades de municipios, como Bocoyna, Batopilas y en Cerocahui, Urique.
Dichas acciones han logrado impactar en la población de la Tarahumara, que después del crimen ocurrido el pasado 20 de junio de 2022, quedaron dolidos, con miedo de que otro hecho similar los afectara y los orillara a desplazarse.
“El punto de partida es reconocer el problema. Hoy reconocemos el problema de la mano de las comunidades, claro que reconocemos que aún falta mucho por hacer, que este rezago es de décadas, y que hoy las comunidades alzan la voz. Hoy las comunidades reconocen la voluntad del gobierno y entendiendo que juntos es como se abatirá esa situación”, afirma Rascón Carrillo.
A decir del funcionario, las acciones implementadas dentro de las estrategias en la Sierra Tarahumara han logrado cambiar el sentir de la comunidad y los habitantes de las pequeñas regiones que la comprenden.
En diálogo
Una de las acciones más importantes de la estrategia Juntos por la Sierra Tarahumara es la creación de la Mesa de Diálogo Social, de Justicia y Reconciliación, donde se tomaron acciones en conjunto con los diversos niveles de gobierno, la comunidad y la Iglesia. En un año van 12 reuniones.
En el tema de justicia y seguridad, primero se comenzó con el equipamiento de policías de la sierra con recursos del Fondo de Aportaciones para la Seguridad Pública (FASP), además de invertir más de 38 millones de pesos para adquirir vehículos específicamente para la zona.
Además de ello, se abrieron diversos subcentros y colocación de arcos Centinela, los cuales están distribuidos en los diversos municipios y comunidades de la región serrana.
Tras el crimen ocurrido en Cerocahui, se intensificaron los operativos que derivaron en la detención de 23 integrantes del grupo criminal comandado por José Noriel Portillo Gil, alias El Chueco, además de instalar en el mes de marzo la Mesa de Medidas Cautelares para la Comunidad Jesuita de Cerocahui, para la atención a la recomendación MC-876-22 para 11 integrantes de la comunidad y que fueron dispuestas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
En los temas de desarrollo social y bien común se ha avanzado en la instalación de los Centros Regionales de Nutrición y Albergue Materno (Cerenam), también se ha trabajado en ampliar la cobertura de atención médica y el acceso de los servicios a los grupos y poblaciones más vulnerables, con clínicas móviles y fortaleciendo las unidades fijas de primer nivel.
A la par, se han realizado obras de alcantarillado, agua potable, así como rehabilitación o construcción de plantas tratadoras en municipios como Bocoyna, Carichí, Uruachi, Moris, Chínipas y Guachochi.
Por último, el gobierno del estado también ha atendido el tema de proyectos productivos, medio ambiente y cultura en la zona de la Sierra Tarahumara durante el último año.
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