Querétaro, Qro.- El penal mejor evaluado por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) está en Querétaro. Se trata del Centro de Reinserción Femenil de San José El Alto, donde 93% de la población participa en diversas modalidades de empleo, lo que les permite generar ingresos económicos para afrontar gastos personales, apoyar económicamente a sus familias y, cuando llegue el momento, reintegrarse de manera productiva a la sociedad.
En entrevista, el comisionado del Sistema Penitenciario de Querétaro, Miguel Ángel Contreras Álvarez, explica que en esta cárcel hay 153 internas.
“El 93% de las mujeres está trabajando en diversas modalidades. Una de ellas es el empleo a cuenta de terceros, es decir, [las internas] le trabajan a una persona que contrate sus servicios y les pagan por eso, aunque la gran mayoría trabaja en el autoempleo”, señala.
En este lugar, detalla Contreras, las internas aprenden a fabricar ropa, peluches y bisutería, productos que ponen a la venta en el penal o los dan a las personas que las visitan para que los ofrezcan afuera.
Por ejemplo, para la temporada navideña, el DIF estatal abrió un bazar y las internas enviaron productos para ser exhibidos con fines comerciales.
Las mujeres reciben capacitación en distintos oficios: “Se les da empleo, lo cual es posible a través del Modelo Cosmos Penitenciario implementado formalmente hace dos meses por el gobierno estatal, pero con un trabajo de dos años que duró para la implementación. Este modelo está hecho para lograr la reinserción social de la persona, a fin de que no vuelva a delinquir”.
Además, se les brindan servicios educativos, médicos y se fomenta la práctica del deporte: “Tienen acceso a servicios de salud las 24 horas. Se cuenta con una unidad de telemedicina que tiene conexión directa con el Hospital General de Querétaro, lo que permite que cuando lo requieran pueden recibir a distancia consultas médicas”, explica Contreras.
Algunas de las internas estudian primaria, secundaria y bachillerato: “El personal del Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA) viene con un autobús que está acondicionado con un aula”, dice Contretas.
Hay una ocupación de 65%, de acuerdo con la capacidad instalada en el centro penitenciario, “lo que permite dar una mejor calidad en los servicios y lograr con éxito la reinserción, trabajo, capacitación para el trabajo, salud, deporte y educación.
“Otro punto destacable es que la reincidencia es mínima (...) El modelo está hecho para lograr la reinserción social de la persona, a fin de que no vuelva a delinquir”, añade.
En este penal se tienen áreas específicas para atender a los cuatro niños que viven con sus madres: “Hay zonas con juegos infantiles y un área de estimulación temprana”, narra Contreras Álvarez.
Agrega que en el penal se ha roto el esquema de las cárceles frías, oscuras, sucias: “Les dimos vida a las estancias, fueron dignificadas”. Las habitaciones cuentan con clóset y baño.
Los niños que viven con su mamá también tienen guardarropa y cunas. Lo que se busca es hacer una buena escuela para los menores de edad.
Por sus adecuadas instalaciones y el trato digno a las internas, esta cárcel recibió una calificación de 8.54, es decir, resultó ser la mejor del país, al obtener la más alta evaluación en el Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria (DNSP) 2019, que realiza la CNDH.
“En el país operan cárceles femeniles, varoniles, centros mixtos, cárceles militares y federales y dentro de todo ese mundo el centro penitenciario femenil de Querétaro, inaugurado hace 25 años, es el que obtuvo la mejor calificación este año”, refiere Contreras Álvarez.
Además, en este centro penitenciario, subraya, se ha abatido la corrupción: “Todo nuestro personal operativo pasa y aprueba mediante exámenes de control de confianza.
“Aquí se ha hecho todo lo posible con inversiones en tecnología para supervisar las operaciones que se hacen en el interior de los centros penitenciarios. La CNDH hace entrevistas con las internas y nadie mencionó que estén siendo explotadas o que no se les trate con dignidad”, cuenta.
Contreras Álvarez destaca que las aduanas fueron equipadas con la tecnología más avanzada que existe en el mercado, pues se adquirió equipo para detectar moléculas de drogas o explosivos en las personas que las hayan manipulado, además de que se instalaron escáneres de cuerpo completo que permiten revisiones menos invasivas a las personas, tal y como lo indica la Ley Nacional de Ejecución Penal.