Militares estadounidenses reforzaron ayer la seguridad en dos de sus más importantes pasos fronterizos colindantes con Tijuana, donde cientos de migrantes centroamericanos buscan entrar para solicitar asilo a ese país.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) cerró algunos carriles de acceso vehicular que conectan con San Diego, California, mientras efectivos castrenses instalaron equipos de seguridad y realizaron cortes a la circulación.
“El personal del Departamento de Defensa está instalando alambre de púas y colocando previamente las barreras [de seguridad], barricadas y cercas”, informó la CBP a través de un comunicado.
Algunos automovilistas que frecuentan ambos lados de la frontera señalaron que hubo demoras “más altas a lo habitual” y se sorprendieron al ver la presencia de soldados en las inmediaciones de la garita.
“Sí llama mucho la atención, hasta parece zona en guerra”, indicó Juan Serrano, uno de los tantos conductores que esperaba en fila su ingreso a Estados Unidos.
Supervisión del operativo. Por otra parte, el Pentágono anunció que el secretario de Defensa de Estados Unidos, Jim Mattis, viaja hoy a la frontera con México para supervisar los esfuerzos para contener la migración de centroamericanos.
La presencia de Mattis en la frontera será la primera que realice el mando desde que el Ejército anunció que más de 7 mil efectivos estarían cerca de la frontera con México como una medida ante el arribo de la primera caravana de migrantes a EU.
Los soldados de San Ysidro y Otay Mesa forman parte de efectivos que la administración del presidente Donald Trump envió a Texas, Arizona y California para colaborar con las autoridades migratorias cuando lleguen las caravanas de centroamericanos que desde hace semanas recorren territorio mexicano.