Xalapa.— Amonet, que significa la diosa del misterio, es una joven de 15 años nacida en Veracruz apasionada de la cultura egipcia, de ahí el origen de su nombre. Es luchadora técnica por elección y cuenta que desde muy temprana edad tuvo clara cuál sería una de sus grandes pasiones: .

Desde que tenía dos años le gustaba ver la lucha libre en la televisión, imitando esos vuelos desde las cuerdas en los muebles de su casa. Cuando Amonet tenía sólo cuatro años, su papá, quien es un apasionado de los deportes, la llevó a un evento de lucha libre de la empresa Triple A en el auditorio Benito Juárez, donde a su corta edad quedó maravillada al ver el espectáculo.

“Lo recuerdo como si fuera ayer, mi gran inspiración fue Pagano, lo vi en la primera lucha y dije ‘yo me quiero dedicar a hacer esto’. Fue un evento en jaula, en 2012, en el auditorio Benito Juárez, eran los Psycho Circus y los Fronterizos, siempre salen de una pantalla cuando son eventos de la Triple A y ellos salieron por atrás, o sea salieron de un lado mío, yo fascinada, gritando como loca. Una niña de cuatro años viendo eso, me inspiró completamente, ojalá algún día pueda conocer a Pagano”.

Lee también

Espectrito Jr., quien cuenta con más de dos décadas de experiencia como profesional de la lucha libre, entrena a la joven promesa del ring. Foto: Patricia Morales / EL UNIVERSAL
Espectrito Jr., quien cuenta con más de dos décadas de experiencia como profesional de la lucha libre, entrena a la joven promesa del ring. Foto: Patricia Morales / EL UNIVERSAL

Desde ese momento la joven insistió a sus padres que quería practicar lucha libre, a lo que ellos hicieron caso omiso, pensando que era un gusto pasajero. Cuando ya tenía 11 años, volvió a comentarles y fue cuando se dieron a la tarea de buscar un lugar donde ella pudiera practicar este deporte.

Así llego a la Arena Coliseo, donde sin saberlo Amonet sería entrenada por un profesional, el mismo Espectrito Jr., quien cuenta con más de dos décadas de experiencia como luchador profesional, lo que le ha servido a esta leyenda para capacitar y dar consejos a las próximas figuras de este deporte.

“Cuando descubrí que me estaba entrenando un profesional, alguien que había luchado de manera profesional en la Triple A, como es mi sueño, me entró nervio, pero fue un motivante para echarle más ganas”.

Cuando tiene una lucha en puerta, Amonet, quien usa un traje en tonos azul cielo y rey, entrena cuatro veces a la semana, de dos a tres horas. Comienza con 15 vueltas a la arena, dos caminando, sentadillas, ejercicios de mariposa, zancadas, brincos de burro, sube al ring y hace ejercicios, rodadas y dependiendo del día y lo que el profesor indique, puede ser llaveo o trabajo aéreo.

Lee también

Amonet sabe que la lucha libre es un deporte fuerte, de concentración, disciplina y templanza. Fotos: Patricia Morales / EL UNIVERSAL
Amonet sabe que la lucha libre es un deporte fuerte, de concentración, disciplina y templanza. Fotos: Patricia Morales / EL UNIVERSAL

“Cuando comencé a entrenar, pensé que me iban a madrear, pero todo tranquilo, como cualquiera que va llegando, es con mucho cuidado, y avanzando en los ejercicios, yo pensaba que llegaba y ya hacías todo, es una secuencia, debes aprender a rodar, a hacer tres cuartos, a registrar, son un par de ejercicios que son claves, que son fundamentales, para todo lo demás que conlleva la lucha”.

Fuera de la arena, Amonet es una jovencita quinceañera como cualquier otra. Estudia el segundo año de secundaria y tiene un excelente promedio, lo que le permite que sus papás le sigan dando permiso de luchar. Debe cumplir con sus deberes en casa y dejar sus tareas y trabajos realizados. Pelea con sus hermanas como cualquier otra chica, le gusta salir y convivir, aunque sabe que no debe desvelarse y debe tener una buena alimentación para que su rendimiento sea el óptimo.

“Mi hermana más pequeña tiene cuatro años. Dice que va a ser luchadora de grande para enfrentarse conmigo, en la escuela sólo uno que otro sabe que luchó, cuando recién les conté me hacían la misma pregunta de siempre ‘¿es de verdad, si duele’, les enseñaba los moretones que son la marca que este deporte deja y fotos mías”.

El momento que hasta ahora es el más significativo en la vida de Amonet fue su debut, cuando sólo tenía 12 años de edad. Llena de nervios brincaba de un lado a otro arriba del ring, pero el gran compañerismo que existe entre todos los que entrenan y luchan con ella, ayudó a que fuera una de las experiencias más inolvidables de su vida.

Lee también

“Todos aquí somos unidos, todos arriba tratando de calmarme porque andaba de arriba para abajo saltando de los nervios, lo bueno que en esa lucha me tocó grandes compañeros como lo son el Profe y Flamita Roja, que me supieron llevar muy bien y dimos un muy buen espectáculo al público y todo salió bien, no me lastimé, y al subir fue como una paz. Cuando me subí al ring dejé de escuchar voces, como que me pasmé por un momento, no escuchaba nada, tenía todo nublado, en lo que iba avanzando la lucha me di cuenta de que estaba haciendo lo que siempre quise de niña, me calmé y seguí. Al terminar todos estaban gritando mi nombre, me aplaudían. Aún se me pone la piel chinita cada vez que ponen mi canción de entrada”.

A pesar de su corta edad, Amonet es una joven muy centrada, con muchos deseos de continuar estudiando, quiere ser bióloga marina, poder ejercer su profesión y combinarla con su gran pasión, la lucha libre. Sabe que la disciplina es fundamental para este deporte y espera algún día ser parte de una empresa o desarrollarse de manera independiente.

Actualmente ha participado en categorías amateur y profesional, pero lo que más desea es que su nombre sea reconocido en todos lados, que sea ubicada como lo que es, una pionera de la lucha libre, no hay niñas, ni jóvenes de su edad, por ello, sus luchas son con hombres.

Comenta que no todo han sido buenas experiencias, reconoce que la lucha libre es un deporte fuerte, de concentración, de disciplina, templanza, y que en ocasiones por su falta de experiencia ha tenido experiencias desagradables.

Lee también

“En este deporte es muy importante cuidar todo, las paradas y las caídas, estaba yo muy despistada y me llegó un golpe, yo debo saber caer, fue culpa mía 100%, fue mi cabeza la que cayó directamente en el ring, ahí me quedé como unos segundos y ya fue que reaccioné, pero ya no fue lo mismo, estaba toda mareada, veía como nublado, pero gracias a mis compañeros, se dieron cuenta, terminando la lucha me atendieron rápidamente, es de las peores experiencias que he tenido, me espanté muchísimo, mi mamá igual, ella fue la que subió a verme y me preguntaron si quería yo seguir y continué, no me importa lo que pase, yo quiero seguir en este deporte.

“Mi consejo a todas las niñas que les gusta la lucha es aviéntense, no hay nada de malo, he conocido gente que te apoya, te auxilia cuando tienes una duda, busquen un lugar que sea cómodo para ustedes. No saben lo bonito que es cuando termina una lucha y se me acercan niñas y me abrazan y me dicen que quieren luchar como yo, es una satisfacción indescriptible”, concluyó.

Únete a nuestro canal ¡EL UNIVERSAL ya está en Whatsapp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.

Comentarios