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Chilpancingo.— Integrantes de la Unión de Comisarios para el Desarrollo de la Sierra de Guerrero piden al virtual presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, la legalización de los cultivos de amapola y que les explique si los campesinos que siembran amapola serán beneficiados con la amnistía que propuso durante su campaña.
“De manera prioritaria buscamos que se legalicen los cultivos de amapola con fines médicos para que así se deje de criminalizar a los campesinos de la Sierra”, dijo en entrevista el ex comisario de la comunidad de Filo de Caballos, en el municipio de Leonardo Bravo, Arturo López Torres.
“Si se legalizan los cultivos de amapola, la amnistía pasaría a segundo plano para los campesinos que actualmente están sembrando amapola, porque entonces ya no sería un delito, pero sí va a servir para los que ahora están presos”, explicó.
Reiteró que buscarán que el gobierno de López Obrador ponga “los ojos” en la Sierra de Guerrero, y para eso “ya contactamos a los equipos de la próxima secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, y el futuro secretario de Seguridad Pública, Alfonso Durazo Montaño”. Sin embargo, dijo que los próximos funcionarios federales aún no les dan fecha para reunirse.
Platicó que la mañana del jueves en la comunidad serrana de Los Morros se reunieron 18 comisarios integrantes de esta asociación, quienes respaldaron la propuesta de López Obrador de pacificar el país y acordaron lo expuesto.
En esa junta, el comisario de Filo de Caballos, Alfonso González Pacheco, dijo que en su comunidad “han salido alrededor de 80 familias debido a la violencia y por la baja en las ventas de la goma de opio. “Los pueblos de la Sierra están viviendo en pobreza extrema, y queremos que el gobierno electo voltee los ojos a la Sierra de Guerrero”, dijo.
Caída drástica. López Torres afirmó que mientras no se atienda la pobreza, la falta de empleos, de caminos y escuelas es necesaria la legalización de los cultivos de la amapola.
Indicó que en la región de la Sierra son unos 100 mil los habitantes y la mitad, unos 50 mil, se dedican a la siembra de esta flor.
El ex comisario explicó que la economía de la región por ahora gira en torno a la venta de la goma de opio; sin embargo, advirtió que actualmente en la Sierra se vive una crisis económica originada por la caída en la venta de la cosecha de opio y el desplome en su precio.
Ejemplificó que el año pasado el kilo de goma de opio se lo pagaban a 20 mil pesos, y en 2018 apenas a 4 mil. Indicó que ello se debe a que en el mercado de Estados Unidos incursionó el fentanilo, que es una droga sintética.
“Si no se vende la cosecha de amapola, no se va a vender el aguacate ni el durazno. Yo tengo marranos, yo no siembro amapola, pero si la gente no tiene dinero nada se vende”, lamentó López Torres.
El ex comisario advirtió que ante la crisis en la región se está viviendo un desplazamiento de pueblos completos, pero sobre todo, dijo, de jóvenes que se están yendo a las ciudades.
“Son jóvenes que sólo saben cultivar amapola, es un riesgo muy grande el hecho que se atienda la Sierra”, advirtió.
Gobierno, dispuesto a legalizar. El vocero del Grupo Coordinación Guerrero (GCG), Roberto Álvarez Heredia, aseguró que el gobierno de Guerrero está abierto al debate sobre la legalización de la amapola con fines medicinales. Respecto a la amnistía a amapoleros, señaló que ésta se debe otorgar a personas que puedan garantizar que su trabajo es solamente en el campo agrícola.
En 2016, el gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo, planteó legalizar la amapola como una alternativa para disminuir la violencia en el estado. La iniciativa pasó al Congreso, pero no prosperó.
De la amapola se extraen, además de la heroína, otras drogas legales como la morfina y calmantes del dolor. Su cultivo sólo es legal en pocos países como la India, Turquía o Australia. En Guerrero hay entre 10 mil o 12 mil hectáreas donde se cultiva la flor, sobre todo en las zonas más pobres de Guerrero, que es la Sierra y la Montaña.