Guanajuato.— Tras la irrupción de grupos armados a hospitales públicos de la entidad, autoridades locales determinaron implementar una estrategia y protocolos para reforzar la seguridad en los centros hospitalarios con el uso de códigos, botones de pánico y la coordinación con las Fuerzas de Seguridad de Guanajuato.

En sesión, el Consejo estatal de Salud resolvió que habrá mayor control en el acceso a los 40 hospitales públicos de la entidad, en la información interna y vigilancia en el entorno.

También se estará en contacto directo con la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) en los casos de atención a heridos por arma de fuego desde el momento en que son atendidos por los servicios de emergencias y el tras- lado a las unidades médicas.

El secretario de Salud de Guanajuato (SSG), Daniel Díaz Martínez, detalló que se han registrado atentados en los hospitales de Cortazar y Salvatierra por la incursión de personas armadas y varios incidentes en centros hospitalarios de los municipios de Irapuato, Celaya, Silao y León.

Además, señaló que se elevó el ingreso de pacientes con lesiones producidas por arma de fuego, de los que todos los días se tiene registro en las unidades de salud.

Destacó la participación de la SSP en la capacitación al personal médico sobre Códigos de Seguridad Hospitalaria, que se utilizan en los centros médicos de todo el mundo para alertarlos sobre varias emergencias.

“La amenaza de persona con arma de fuego se debe manejar con prontitud y seguridad máxima la notificación para minimizar los riesgos de lesión a pacientes, familiares o visitantes al Hospital; identificar el conflicto, buscar un lugar seguro y hacer reporte a las autoridades pertinentes”.

La aplicación de los protocolos incluye la incorporación de 51 evaluadores más, que son personal preparado para actuar en caso de presentarse una amenaza en materia de seguridad. Actualmente se tienen 42.

El 9 junio pasado, un comando entró al hospital comunitario de Cortazar y asesinó a balazos a un paciente. Mientras que el 17 de enero, tres hombres armados ingresaron al centro de Salvatierra, donde remataron a un hombre que habían lesionado horas antes; también mataron al policía que lo custodiaba. En diciembre de 2017 asesinaron a una mujer y a su hijo, de 16 años de edad, en un hospital privado de Salamanca.

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