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Tijuana.— Alfredo Libre Gutiérrez es un activista, quien a través de sus murales y esculturas da voz a los migrantes y a la gente aquejada por la violencia.

El artista plástico, oriundo de Tijuana, Baja California, se identifica como un migrante de la frontera mexicana y anglosajona, que gusta de involucrar a la sociedad civil en sus proyectos.

Libre —como prefiere que lo llamen— es un arquitecto graduado del Instituto Tecnológico de Tijuana, pero es más reconocido por los murales y esculturas que ha creado alrededor del mundo y con los que ha decidido expresarse y hasta protestar por temas sociales que le han marcado, como la violencia y la migración.

Platica que ha estado involucrado en proyectos de arte urbano y en exhibiciones en galerías de la Ciudad de México, Tijuana, Rosarito, Ensenada, León, Guadalajara, Quintana Roo, La Paz, Acapulco y Toluca; en las ciudades estadounidenses de San Diego, Los Ángeles, San Francisco, Chicago; en París, Francia; Frankfurt, Alemania, y en Londres, Inglaterra.

Además, en países como Croacia, Hungría, Austria, Suiza, Perú, Cuba y Colombia.

Transportapueblos. En 2016, Libre inició un proyecto al que nombró El Transportapueblos, se trata de nueve esculturas que tienen la misión de tenderle la mano a los migrantes que cruzan territorio mexicano para llegar a Estados Unidos.

Se planeó que las obras fueran colocadas a lo largo de las ciudades que son paso obligado para la migración en camino a Estados Unidos y, que sobre el cuerpo de las esculturas se pintarán las rutas para llegar a la frontera, así como números de emergencia y los albergues en cada ciudad.

Alfredo "Libre" une pueblos y razas con su arte
Alfredo "Libre" une pueblos y razas con su arte

El pasado 26 de agosto, se inauguró La Coyota y su Cachorro, fabricadas en metal y madera, en Tapachula, Chiapas, a unos 40 kilómetros de Guatemala. En ella quiso retratar a todas las mujeres que migran con sus hijos y la hizo con migrantes de Nicaragua, Honduras, Guatemala, Cuba y locales.

“Viajé en el tren junto con las caravanas, yo y otros amigos, viajamos y convivimos con ellos y conocimos parte de esta gran travesía, pero una de las cosas que más me impactaron era ver a estas mujeres con sus hijitos y ver que aun así se la jugaban, esto fue un homenaje a ellas”, explicó.

De la experiencia que le ha dejado el Transportapueblos, prefiere pensar en el proceso de apoyo que se genera entre la comunidad, pero también en la apropiación de la obra, en la gente que vive alrededor y que no sólo interviene, sino que también la interpreta, son, dice, los rostros erguidos y bañados en orgullo de quienes no pensaron que podían crear arte.

Alfredo "Libre" une pueblos y razas con su arte
Alfredo "Libre" une pueblos y razas con su arte

“Había gente de al menos cinco países y todos ayudaron a representar a la mujer que migra con sus hijos”, recuerda.

“Es una obra viva que no sólo es para apreciar ni observar”, dice Libre, mientras recuerda una serie de anécdotas. Los desvelos en la madrugada, los acentos, los colores en la piel, los rostros, pero, sobre todo, la comunión entre los voluntarios.

Uno de ellos fue Aarón, recuerda, un migrante guatemalteco sordomudo que pasaba su tiempo entre pedazos de madera y herramientas. No dejaba de trabajar, martillar aquí y por allá, mover material de lado a lado. Entre todos improvisaron un código para comunicarse que les permitió terminar con la tercera escultura.

Aunque es arquitecto, casi toda su obra se ha concentrado en la creación de murales, construir las esculturas ha sido su oportunidad de ejercer y construir sus dos pasiones.

Recuerda que su primera escultura fue hace 14 años, una obra hecha de cemento, estaño, madera y algo de arte de instalación, para que una década después naciera el Transportapueblos.

Recuerda que la idea surgió luego de pasar dos años como voluntario en una organización social promigrantes, donde conoció a cientos de personas en esa situación, y que tras escuchar una y otra vez cada una de sus historias, siempre llegaba a la misma conclusión cuando pensaba en cómo podía ayudarlos.

Aquí, dijo, la intención es que los migrantes tengan datos accesibles en los que conozcan los refugios en Estados Unidos y de los consulados de sus países, organizaciones que pueden apoyarlos, mapas y también donativos.

Pero los coyotes no sólo tienen la intención de ser un apoyo directo para la migración, otro de los objetivos del proyecto es resignificar a este animal.

“Siempre tuvo un significado despectivo y relacionado con el tráfico y la violencia, pero en realidad el coyote es un animal usado desde la cultura prehispánica y nativa en el norte, es un animal sagrado, es una palabra que bajo esta premisa contrarresta al imaginario colectivo”, asegura.

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