Juchitán.— Frente a las amenazas y presiones de Donald Trump, el gobierno mexicano debe reorientar su política migratoria hacia el respeto a los derechos humanos en la estructura del Instituto Nacional de Migración (INM), planteó el sacerdote Alejandro Solalinde Guerra.
En entrevista con EL UNIVERSAL, el sacerdote señaló que Francisco Garduño, excomisionado del INM, con sus políticas dañó al expresidente Andrés Manuel López Obrador, y aseguró que las caravanas que actualmente cruzan el territorio nacional buscan desestabilizar a México.
El fundador del albergue Hermanos en el Camino, de Ciudad Ixtepec, Oaxaca, dijo que no se puede ni debe seguir apostando a la contención de los migrantes en la frontera sur, como ha sucedido en el pasado reciente, pero también se debe hallar un punto de equilibrio para sortear las amenazas y presiones del próximo presidente de Estados Unidos.
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Enfatizó que las autoridades mexicanas deben rechazar cualquier presión del gobierno estadounidense para convertir a México en “tercer país seguro” para recibir a los migrantes deportados de Estados Unidos y deben cuidar, sobre todo, que Trump no envíe, en su afán de perjudicar a nuestra nación, a pandilleros o delincuentes.
Necesario transformar al INM
En opinión de Solalinde Guerra, para que “el rostro humanista de la 4T se refleje en la política migratoria de México” es urgente y necesario un verdadero cambio, donde quien tenga el mando conozca el tema, sea incorruptible y un feroz defensor de los derechos humanos.
“Tengo la convicción de que la presidenta Claudia Sheinbaum tiene las herramientas para enfrentar los desafíos de una nueva relación con Estados Unidos, pero personalmente dudo que el nuevo comisionado del INM, Sergio Salomón Céspedes Peregrina, tenga la experiencia para transformar y oxigenar la vida de ese organismo.
“Él mismo, el nuevo comisionado, reveló que no conoce el tema migratorio y dijo que solicitará la asesoría de expertos en el tema, pero mi preocupación crece cuando escucho que uno de sus posibles asesores sería el excomisionado Ardelio Vargas Fosado, a quien nombró como su subsecretario de Desarrollo Político, cuando fue gobernador sustituto de Puebla”.
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Agregó que con asesores como Vargas Fosado —a quien señaló como el represor de los campesinos de Atenco; de la APPO en Oaxaca y de los pueblos de la Sierra Norte de Puebla— no se podrá lograr un “cambio hacia una política de respeto a los derechos humanos”.
Caravanas buscan desestabilizar
El clérigo también cuestiona la legitimidad de las caravanas que salen de Tapachula, Chiapas, y llegan a Oaxaca. Aseguró que obedecen a polleros al servicio de grupos conservadores de Estados Unidos.
“No he visto que esas caravanas o éxodos, como les llaman, sean voluntarias o espontáneas. Tienen un patrón de comportamiento desde que se convocan por las redes sociales en Tapachula, hasta en su trayecto por Chiapas y Oaxaca, una ruta, por cierto, altamente riesgosa para las familias migrantes.
“En las caravanas de este año hemos visto que son organizadas por personas ligadas a grupos delincuenciales que, en primer lugar, quieren generarle algún tipo de desestabilización al pueblo mexicano”, afirmó.
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Advirtió que por esa razón, ningún migrante que venga en las caravanas será recibido en su albergue. “No le vamos hacer el caldo gordo a los polleros o traficantes que lucran con las necesidades de los migrantes. En este año hemos recibido y atendidos a muchos traídos por el Grupo Beta, del INM, enfermos o accidentados en recuperación, pero ahora, ya no. Que nos disculpen si vienen en caravanas manipuladas, pero que volteen hacia otro lado. Aquí ya no hay espacios”, dijo.
Garduño dañó a AMLO
Solalinde Guerra también rechazó las imputaciones que le hizo el saliente titular del INM, Francisco Garduño, quien lo acusó de ser el “pollero de Dios en México”.
“Es una acusación grave que en su momento, una vez que consulte con mis jurídicos, tendrá una respuesta”, dijo categórico.
Expuso que Garduño está molesto con él porque le dijo que con sus políticas, lejos de ayudar al expresidente Andrés Manuel López Obrador le estaba haciendo daño.
“Está molesto conmigo porque nunca estuve de acuerdo con sus políticas migratorias, a tal grado que un día que tenía audiencia, [el 23 de marzo de 2023] con el presidente AMLO, no me aguanté y le pedí al presidente que hiciera los cambios necesarios, y a Garduño le dije que si no quería hacer los cambios, que renunciara. Cinco días después, vino la tragedia en Ciudad Juárez”, recordó el religioso.