Un fuerte descontento social en Sonora, nos cuentan, va en aumento en contra de la alcaldesa de Guaymas, Karla Córdova González (Morena), quien está aferrada en hacer una lucidora fiesta de carnaval, con pagos millonarios a los amenizadores, como la OnlyFans Karely Ruiz, a pesar de la escalada de violencia, balaceras y ejecuciones que tienen lugar en esta ciudad a cualquier hora del día. Nos comentan que la inconformidad está a tope, al grado de que por redes sociales se comenzó a promover un boicot a las fiestas, bajo el argumento de que en el pueblo no hay nada que festejar y aseguran que sería bueno dejarle a doña Karla, la calle y la plaza vacía, porque lo único que quieren es paz y no “pan y circo”. ¡Ouch!

Las amistades del alcalde

El que está “en una encrucijada” en Morelos, nos cuentan, es el alcalde de Cuernavaca, José Luis Urióstegui Salgado (PAN), pues “trae atravesado” al regidor de Hacienda, Adrián Martínez Terrazas (PAN). Nos relatan que concejales del PRI y Morena acusan a don Adrián de desviar más de un millón de pesos del ayuntamiento y de contar con una nómina de familiares que están como asesores, pero el dilema de don José es que fue la familia Martínez Terrazas la que le abrió las puertas para ser candidato y llegar a la alcaldía, por lo que prefiere aplicar eso de “dejar hacer, dejar pasar”, aunque varios alertan que los Terrazas se expandieron, de tener el control en la dirigencia estatal del PAN al ayuntamiento capitalino, donde parece que cayeron en blandito.

La cárcel fue un suspiro

Al que la cárcel “le hizo lo que el viento a Juárez” en Nayarit, nos cuentan, es al exmagistrado del Supremo Tribunal de Justicia de del estado, Jorge Ramón Marmolejo, uno de los principales responsables del megafraude con el que entre 2013 y 2018 Infonavit despojó de su vivienda a miles de personas mediante juicios simulados. Nos indican que muy campante, don Jorge recuperó su libertad, tras permanecer en prisión sólo tres años y medio, pues se sometió a un juicio abreviado, en el que reconoció su culpa, a pesar de que se le impuso una pena de cinco años de prisión y el pago de 6 millones de pesos como concepto de reparación del daño, pues su defensa logró obtener el beneficio de la reducción de condena y hasta bailando salió de prisión. Así las cosas en este México mágico.