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Aguascalientes, Ags.
- Los alacranes de la sierra de Durango ganaron fama en la Feria Nacional de San Marcos (FNSM) como alimento para personas atrevidas, con gustos exóticos, curiosas o atraídas por las propiedades afrodisiacas que, “de voz en voz”, les atribuyen.
“Sabe bien, como a chicharrón, pero más suave, menos fuerte que el de puerco, y con un sazón especial”, describió José con un trozo del arácnido en la boca.
José llegó al pabellón del estado de Durango para saciar su curiosidad porque amigos de la ciudad de León le compartieron la aventura de consumir alacranes con su aguijón, bañados en limón, un toque de mezcal y chilito.
Entre diversas brochetas a la vista, José pidió el arácnido más grande, casi del tamaño de su dedo pulgar y le mordió la cola.
“Umm, está muy rico”, comentó entre la algarabía de sus acompañantes. ¿El postre?: un raspado de mezcal.
Para promoverse en la feria hidrocálida, cientos de personas trabajaron en la pisca de alacrán en la sierra de Durango para reunir más de cuatro mil alacranes de diversas especies y tamaños, que se pusieron a la venta en el stand gastronómico en la FNSM.
Lupita García, coordinadora del alacranario y funcionaria de la Secretaría de Turismo de la entidad invitada, señaló que todos los alacranes que se ofrecen para comer son silvestres y fueron sometidos a un proceso de desintoxicación.
Son alacranes recolectados en la sierra, en los que se sigue un procedimiento para quitarles lo nocivo , que puede ser de dos formas: para poder mantenerlo fresco , ya muerto se les emiten descargas , toques para que siga soltando el veneno; la manera es verterlo en varios alcoholes , pero se corre el riesgo de que se recosa o ponga más duro.
Después los alacranes se fermentan y curten en mezcal , luego se fríen para que tomen forma en una brocheta y se sazonan con limón, chile o salsa de la casa.
“Es una botanita algo excéntrica, que llama mucho la atención al turista”, dijo Lupita García.
Un alacrán frito se vende en 25 pesos, en vara 40 con dos alacranes y en 50 con tres alacranes. Algunos grandes hasta en 75 pesos.
La promotora señaló que la gente los ha aceptado sobre todo por la curiosidad de probarlos. Las expositoras explican los beneficios de comerse el alacrán: aporta proteína para la piel, es estimulante. “Dicen por ahí que es afrodisiaco, por eso hemos vendido mucho y más que nada la curiosidad”, agregó la responsable del alacranario.
Hace cuatro años, en Durango comenzó el proceso de desintoxicación de alacranes y desde entonces se han llevado para su ingesta a las ferias de Zacatecas y Texcoco, Estado de México, y se comercializan en un mercado de Gómez Palacio. “Aquí en Aguascalientes la gente no los conocía”.
Lo comen niños, adolescentes y adultos mayores; a la vista son jóvenes los mayores consumidores. “Tiene un sabor peculiar, con un toque a sabor de mezcal, lo comparan con el chapulín, los charales, yo digo que no es cierto”.
En su tierra, dijo, la pisca de alacrán se ha convertido en la forma de vida de muchas personas. Hay quienes juntan 25 alacranes por día o hasta 500 a la semana.
Los recopilados en el campo o sierra son los únicos elegidos para consumo humano, por ser los más limpios y menos venenosos, explicó.
El alacrán que está en el centro de la ciudad o en alguna colonia por lo regular es mucho más tóxico, son un poco más sucios, se pueden comer hasta una cucarachita, y los de la sierra no.
De los alacranes también se extrae el veneno y procesa para preparar ungüentos que sirven para las reumas, artritis, enfriamiento, dolor de rodillas y otras enfermedades; otras especies se aprovechan en la elaboración de artesanías.
En el alacranario se exhiben las especies Centruroides azteca y Centruroides suffusus, que es de los más venenosos de México y el mundo. En la feria los alimentan con grillos, moscas o chapulines, y se les observa cazando su presa.