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Ahora llegan más deportados

Baja demanda. El refugio Casa Indi atiende actualmente a 250 migrantes, hace algunas semanas recibía a 600. Foto/ EMILIO VÁSQUEZ. EL UNIVERSAL
21/06/2019 |00:40David Carrizales / Corresponsal |
Redacción El Universal
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A raíz del despliegue de la Guardia Nacional en la frontera con Guatemala y la exigencia de identificación para viajar en autobús, es muy escasa la llegada de migrantes centroamericanos a los albergues de Monterrey, Nuevo León, al grado que son más los que regresan deportados de Estados Unidos o desistieron de seguir buscando el sueño americano, informaron encargados de la Casa Indi y del refugio Santa Martha.

José Jaime Salinas Flores, coordinador de Casa Indi, el refugio para migrantes más grande de Nuevo León, con capacidad para atender entre 280 y 300 personas, comentó que actualmente están en el albergue cerca de 250 migrantes, cuando apenas hasta hace dos semanas, y principalmente al momento en que se movilizaron las caravanas, recibían hasta 600 personas, pero la mitad de ellas se quedaban a dormir a la intemperie.

El coordinador de Casa Indi consideró que la nueva postura del gobierno mexicano tiene pros y contras, ya que al solicitarse documentación de identidad a todos los que abordan un autobús, se inhibe que se suban asaltantes mexicanos o algunos que se infiltran entre los migrantes; pero esto debió hacerse siempre, no sólo ahora que se pretende frenar el flujo migratorio.

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Sin embargo, señaló que se están cometiendo abusos por parte de los cuerpos policíacos contra la población migrante y se ha incrementado la xenofobia entre los mexicanos, que piensan que el gobierno ha sido demasiado tolerante y generoso con los migrantes, principalmente de Centroamérica.

La gente que se refugia en Casa Indi proviene de Honduras en 90%, el resto de El Salvador y Guatemala; aunque han llegado cubanos, un haitiano, un nicaragüense y algún camerunés.

Toñita, encargada de la cocina en el refugio Santa Martha, coincidió en que prácticamente no está llegando gente desde el sur, y los pocos que reciben son personas que vienen deportadas de Estados Unidos o que estaban en la ciudad.

Este jueves, por ejemplo, dio de comer a nueve migrantes; sin embargo, ninguno es recién llegado de su país.

Ellos podrán permanecer durante tres días en el refugio y aprovecharán para buscar algún trabajo en la ciudad.

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